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Diario de una adicta (XLI). Se inicia otra historia

Publicado: 16/01/2017: 2590

Bueno, para mí ha empezado otra etapa. Lo pasado, pisado. Me pongo al día para seguir escribiendo lo que actualmente me ocurra y suceda.

Creo firmemente que este resumen cada dos o tres días me ayudará a ir despejando dudas y asegurando el despido de los miedos que de vez en cuando me sumergen con pensamientos tétricos.
Hablando con mi hermano Daniel, comentamos lo importante que es la mente y el mundo de los pensamientos, que es nuestra auténtica realidad, pues con ellos estamos todo el día en un continuado diálogo interior. Es un espacio en el que discernimos lo que nos sucede, interpretamos los acontecimientos, diseñamos los proyectos de futuro, analizamos nuestros sentimientos y matizamos nuestra forma de vivir y actuar. Se entiende que aquí se encuentra uno de los factores más importantes de nuestra calidad de vida y que depende de los pensamientos, ideas y valores que nosotros queramos sembrar y de cómo los cuidemos para que arraiguen, se consoliden y desarrollen: somos creadores de nuestras emociones.

- Entonces, Paula, tienes que admitir que es muy importante conocer el cerebro, ¿no? Estudiarlo, saber cómo funciona, sus posibilidades y potencialidades para utilizarlo de la mejor manera posible y descubrir preguntas, respuestas, soluciones e incógnitas ¿no?-.

- Daniel, ¿tú crees que tengo el cerebro en condiciones de usarlo? La droga, todo el mundo dice, que deja heridas en las neuronas y que cambia mucho el mecanismo y el funcionamiento de la cabeza. Yo a veces creo que estoy loca, pues me encuentro muy perdida y desorientada. Otras me veo perfectamente y estoy muy segura de alcanzar lo que me proponga. ¡Claro! Después de las tormentas afectivas, físicas y de todo tipo que he soportado, es fácil que mi cabeza la tenga descolocada. ¿A ti que te parece?

- Tú tranquila, que lo que necesitas es paz, tiempo, paciencia y lo demás se solucionará. ¡Ya lo verás! Y lo más importante es que en la casa, todos te queremos, hermana, y no vamos a dejar pasar la oportunidad de disfrutar de tu compañía. No sabes la buena relación que empiezan a tener papá y mamá. Creo que tu presencia les ha hecho rebobinar muchas cosas y poner sobre el tapete lo que de verdad es importante para la vida.

Sus respuestas siempre eran de ánimo y se me hundían en el corazón con un sentimiento de contento tan grande, que no dejaba hueco para ningún pensamiento negativo.

A los pocos días lo vi aparecer con un paquetito envuelto en papel de regalo. Sonriendo, se acercó y me dio un beso en la cabeza. ¡Dios, qué cosa me entró! No por el regalo sino por el gesto. Lo abracé como estaba aprendiendo a hacerlo: con dulzura. Al abrirlo, me encontré con un libro de neurociencias, era una monografía sobre el cerebro: sus funciones, anatomía, etcétera, pero con dibujos en relieve y unas gafas de color para distinguir sus diferentes estructuras. Me dijo que llevaba más de un mes buscándolo. Con ganas me he puesto a trabajarlo y me estoy haciendo un lío. Antes de aburrirme lo he dejado y, reflexionando, creo que para este camino necesito ayuda de algún profesional que conozca el tema.

He hablado con mi madre y ella me ha comentado que conoce a una amiga que tiene un familiar médico dedicado a las drogodependencias. Cuando yo estaba en el hospital intentó ponerse en contacto con él pero no quería hacerlo sin mi permiso. -¿Me merezco esta madre?- Yo le insistí que lo único que no podía era ir a su consulta. No me encontraba como para salir y estar en una consulta en presencia de nadie relacionado con las drogas; sólo pensarlo me ponía el cuerpo malo y una ansiedad se insinuaba en mí. En eso quedamos. La cita se demoró casi una semana porque el médico estaba en un congreso. Mi madre le explico mi caso con todos los detalles que sabía, pero él no acostumbraba a hacer visitas a domicilio, así que lo sentía pero no me podía atender. A pesar de esto, mi madre llamó a su amiga para que intentara mediar en el asunto. Parece ser que lo hizo con eficacia, pues lo convenció para  hacerme una primera entrevista de valoración.

José Rosado Ruiz

Médico acreditado en adicciones

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