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«Es una ordenación histórica para Málaga»

Publicado: 10/10/2022: 12288

Diáconos Permanentes

Tras las últimas firmas, el sábado 22 de octubre, a las 11.00 horas, el Sr. Obispo D. Jesús Catalá ordenará, en la Catedral de Málaga, a ocho nuevos diáconos: el seminarista Álvaro López Cardosa, que seguirá con su formación hasta la ordenación sacerdotal el próximo año y siete seglares que concluyen su proceso de formación como diáconos permanentes. Se trata de una celebración histórica pues nunca ha sido tan numerosa una ordenación de diáconos permanentes en la Iglesia de Málaga.

La noticia la hizo pública el Sr. Obispo, durante el Encuentro de Inicio de Curso Pastoral del clero, que se celebró, en la mañana del 15 de septiembre, en el Seminario Diocesano. 

Los candidatos al diaconado son: Álvaro López Cardosa, seminarista de sexto curso candidato al diaconado camino al presbiterado, natural de la parroquia de la Santísima Trinidad, en Málaga; Dionisio Arcos Savignac, de la parroquia de Santiago Apóstol, en Málaga; Juan Fernández Navarro, de la parroquia de Nuestra Señora del Socorro, en Casabermeja; Pedro Javier Marín Galiano, de la parroquia de Santa María de la Victoria y San Lázaro, en Málaga; Carlos Rafael Martínez Jiménez, de la parroquia de Santa Fe y Nuestra Señora del Carmen, en Los Boliches; Jesús Francisco Martínez Vives, de la parroquia Madre del Buen Consejo, en Torremolinos; Juan Muñoz Jiménez, de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario y Cristo Rey, en Málaga; y Antonio Rubio Núñez, de la parroquia de Santa María de la Victoria y San Lázaro, en Málaga. Estos siete últimos son los candidatos al diaconado permanente. 

Últimas firmas

Durante el proceso formativo han recibido los ministerios laicales de lector y acólito y el rito de admisión a órdenes. El lunes 10 de octubre, los siete candidatos al diaconado permanente firmaron, ante el Sr. Obispo y los sacerdotes que los han ido acompañando en este tiempo de formación, la profesión de fe y las promesas y las esposas firmaron su consentimiento; y el seminarista Álvaro López firmó la petición de diaconado, el celibato y la profesión de fe.

Candidato al diaconado, álvaro López Cardosa, junto a D. Jesús Catalá y los compañeros seminaristas, tras la firma en la Capilla del Buen Pastor

Candidato al diaconado, Álvaro López Cardosa, junto a D. Jesús Catalá y los compañeros seminaristas, tras la firma en la Capilla del Buen Pastor

 

Entrevista

Juan Manuel Ortiz Palomo es el rector del Seminario Diocesano y el responsable de la formación de los diáconos permanentes. ¿Qué supone para la Iglesia de Málaga la ordenación de siete diáconos permanentes? Es un hecho histórico que no se ha dado antes en nuestra historia.

Efectivamente, Encarni. La celebración del 22 de octubre es un hecho histórico para nuestra Diócesis. Que estos siete varones apostólicos, estos diáconos, como se relata en los Hechos de los Apóstoles, reciban de manos de D. Jesús su ordenación es un hito porque hasta ahora han sido grupos más pequeños e incluso ordenaciones de un solo candidato.

Una alegría que se una a este grupo un joven seminarista que seguirá su camino hacia la ordenación sacerdotal el próximo mes de junio. ¿Un signo de sinodalidad? 

En el caso de Álvaro, el seminarista que ha solicitado la ordenación como diácono para, como bien indicas, el próximo mes de junio, si Dios quiere, recibir la del presbiterado, es de nuevo una alegría que el Seminario siga dando fruto para nuestra diócesis. Todavía hay jóvenes que escuchan la llamada y quieren responder con generosidad a lo que el Señor pide de ellos. El que la ordenación sea de todos es un signo de que vamos avanzando en la misma dirección y queremos que esta gran fiesta que son las ordenaciones, implique a muchas más comunidades, en este caso ocho comunidades distintas para los ocho diáconos que recibirán el ministerio.

¿Qué supone para ti ser responsable de la formación de estos servidores?

Pues hay grados de responsabilidad. Por un lado, el estar al frente del Seminario y convivir todos los días con los seminaristas te permite tener una perspectiva, ayudarles en el discernimiento y acompañarles para que, cuando llegue el momento, como ocurre ahora con Álvaro, puedan tomar la decisión con conocimiento y desde esa experiencia de Dios que se les intenta ofrecer en esta casa del Seminario. 

En el caso de los diáconos permanentes, la relación es distinta. Son hombres adultos, maduros y con una gran experiencia de vida como padres de familia, esposos y profesionales. A mí me enriquecen mucho sus experiencias maduras y reposadas que, en muchas ocasiones, han supuesto una verdadera sorpresa dentro de su vida matrimonial y han discernido primero con sus familias; y después, desde el Seminario, se les ha ido acompañando y ayudando para fortalecer en ellos los elementos de juicio necesarios para pedir la ordenación.

Desde luego, es una responsabilidad, porque al final la Iglesia lo que te pide es una palabra sobre la idoneidad de los candidatos, pero también una alegría el poder acompañar, junto al resto de los formadores a los distintos candidatos que se acercan para pedir el diaconado. El Señor sigue actuando en su Iglesia, se sigue haciendo presente a través de los ministros, es una gran alegría y un gran gozo que se manifiesta especialmente en días como el que viviremos el 22 de octubre.

Normas básicas para la admisión al diaconado permanente

Al pensar en el Diaconado Permanente para nuestra diócesis de Málaga, hay varios elementos indispensables a tener en cuenta, siendo estos fundamentales:

Concilio Vaticano II: LG 29, Los diáconos.

La experiencia de Diaconado Permanente en esta diócesis donde, por Decreto firmado por el entonces Obispo D. Ramón Buxarráis y publicado en el Boletín Oficial, el 23 de abril de 1981, fue establecido.

Experiencia de los propios Diáconos Permanentes, del Sr. Obispo y de los sacerdotes y comunidades donde han venido y vienen realizando su tarea pastoral.

El Decreto y el Reglamento para la Comisión Diocesana para el Diaconado, firmado por D. Fernando Sebastián Aguilar, Arzobispo Administrador Apostólico, de 8 de noviembre de 1992.

Las últimas Normas Básicas para la Formación de los Diáconos Permanentes en las Diócesis Españolas, de la Conferencia Episcopal, LXXIII Asamblea Plenaria, de 14 de abril de 2000. Fundamentalmente, por ellas nos regimos. En ellas se trata de: Teología del Diaconado, Vocación al Diaconado y Requisitos para el Discernimiento, Formación de los Diáconos y Misión Pastoral.

Concreción en nuestra diócesis

Teniendo en cuenta lo anterior y partiendo de ello, lo resumimos para nuestra diócesis en los siguientes puntos:

Elementos básicos

Edad apropiada (NBCEE, 19). Entre 35 y 60 años. No más jóvenes: falta experiencia de vida matrimonial y familiar. No mayores: ya está la vida orientada y decidida.

Situación personal. Salud física y psíquica bien probada y que pueda facilitar la tarea que se le encomendare de servicio a una parroquia. Ser persona de digna madurez humana en cuanto a responsabilidad, equilibrio, buen criterio, capacidad de diálogo… Y con la práctica habitual de las virtudes evangélicas: oración, piedad, sentido de iglesia, buena integración y cariño en la iglesia diocesana, espíritu de pobreza y obediencia, celo apostólico, disponibilidad, amor a los hermanos... (NBCEE, 14). Medios de vida suficientes (NBCEE, 22).

Situación familiar. Si se es casado o viudo, haya una situación familiar bien llevada. De buen ejemplo público, tanto en el presente como en el pasado. Para el esposo seguir el camino del Diaconado, la esposa ha de estar plenamente de acuerdo, y estar dotada de aquellas virtudes y cualidades cristianas y humanas que no sólo no supongan impedimento al ministerio que ha de desempeñar el marido, sino que lo facilite, mediante su colaboración (NBCEE, 20). En relación a los hijos, ser modelo de buen padre. Y tener la situación de ellos correctamente orientada. La educación de los hijos será ejemplar y deberá existir un auténtico testimonio de hogar cristiano (NBCEE, 20). Igualmente que la esposa, también los hijos han de aceptar y apoyar la vocación diaconal del candidato (NBCEE, 18 y 20).

Dimensión creyente. Ser hombre de años ya de vida cristiana ejemplar y manifiesta, viviendo el Evangelio según los criterios de la iglesia de hoy, y los criterios concretos y prácticos que nos pide la iglesia particular de Málaga. Con talante y estilo de buen pastor, ya que ha de acompañar y servir a una comunidad en aquello que se le encomiende.

Dimensión parroquial. Participación habitual y bien asimilada, por sí mismo y por los demás, en la vida de la parroquia en la que colabora. Estar bien integrado y sirviendo adecuadamente en las tareas que haya en la parroquia o movimiento. Para ello, destaque en capacidad de escucha, de servicio humilde, de entrega constante, de buena relación con el párroco y con los miembros de la comunidad parroquial… Es vocación personal. Pero el párroco y la comunidad parroquial han de informar positivamente.

Dimensión política. Los diáconos deben permanecer al margen de toda actividad de partido. Solamente, con permiso del Obispo, pueden desarrollar algún tipo de actividad sindical (NBCEE, 24).

Solicitud para ser Diácono

Solicitud personal al Señor Obispo, exponiéndole las razones por las que se desea ser admitido al Diaconado Permanente. Esta solicitud ha de estar acompañada por el consentimiento de la esposa, si se es casado. En la solicitud, indicar cómo se encuentra el candidato en los “Elementos básicos” anteriormente dichos. Solicitud que ha de ser avalada, por escrito, por el párroco de la parroquia donde se está inserto, y por personas que le conozcan.

Proceso de discernimiento vocacional (NBCEE,15-24)

La persona que desee prepararse para el Diaconado, antes de considerarse y ser considerado como candidato, deberá seguir un proceso de discernimiento vocacional, que durará el tiempo que sea necesario.

De por sí, compete hacerlo al Obispo diocesano, que tendrá en cuenta la idoneidad del solicitante y la necesidad de este ministerio en la diócesis (NBCEE, 17) y delegará para el discernimiento en la persona o personas que él considere.

Pasado un tiempo oportuno, esta persona o personas encargadas de acompañar el discernimiento vocacional, harán al Sr. Obispo el informe que crean acertado.

Formación de los candidatos (NBCEE, 25-51 y 59-65)

La formación abarca, lógicamente, las dimensiones humana, espiritual, intelectual y pastoral. Todas ellas se han de tener en cuenta y llevarse a cabo con la máxima dignidad y preparación (NBCEE, 45).

En cuanto a los estudios requeridos: Tener buena capacidad intelectual. Con los estudios de COU o el equivalente, como básico. A partir de eso, como formación doctrinal o teológica, realizar y aprobar los tres años de Diplomatura del Instituto Superior de Ciencias Religiosas. Mejor si en dicho Instituto, o en centro similar, se cursan los cinco años de Ciencias Religiosas. En todo caso, seguir un plan que abarque el elenco fundamental de la Teología, más las materias necesarias de Homilética, Liturgia, Planificación Pastoral, etc. necesarias luego en la tarea ordinaria de una parroquia.

Promoción al diaconado

A lo largo del proceso, vaya recibiendo los ministerios de Lector y Acólito y el rito de Admisión. Cuando el candidato haya realizado su proceso de discernimiento, y haya cubierto su tiempo de formación, después de haberlo pensado maduramente ante el Señor, y con el consejo de quienes lo han acompañado, pedirá al Obispo diocesano ser ordenado Diácono. El Obispo realizará las consultas que considere necesarias antes de admitirlo a dicha ordenación. Entre esas consultas estarán los informes solicitados al párroco de donde proviene, al párroco de donde ha colaborado en estos años de formación y a los miembros que el Obispo crea oportuno de la comunidad cristiana.

 

Encarni Llamas Fortes

Encarni Llamas Fortes es madre de tres hijos. Periodista que desarrolla su labor profesional en la Delegación de Medios de Comunicación de la Diócesis de Málaga. Bachiller en Ciencias Religiosas por el ISCR San Pablo.

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