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Dos jóvenes ingresan en la vida contemplativa

Publicado: 15/10/2012: 6235

El Monasterio Cisterciense de El Atabal, en el Puerto de la Torre (Málaga), ha acogido la Profesión Solemne de dos religiosas, Sor Lourdes y Sor María Rosa. Ambas se han consagrado al Señor bajo el carisma cisterciense.

Como han manifestado las religiosas a través del perfil de la comunidad en facebook, «hoy nos sentimos en deuda con el Señor, por toda la generosidad con la que nos trata y nos sentimos felices porque el carisma cisterciense sigue dando almas que aman al Señor en la vida contemplativa».

EL CISTER

El movimiento monástico Cisterciense nace en Francia a comienzos del siglo XI (1098), cuando un grupo de monjes del monasterio Cluniacense de Molesmes, abandona su comunidad para formar una nueva, en la localidad de Citeaux (Cister), al frente de ellos el abad Roberto, pretende restaurar la estricta Regla de San Benito de Nursia, que en el año 545 había fundado la orden de los Benedictinos.

La nueva orden se basa en los principios de abandonar todo signo externo de riqueza y en el propio trabajo para conseguir su subsistencia, será el famoso "ora et labora"que distinguirá a los monjes del Cister. El abad Roberto es obligado por el Papa a regresar a su comunidad, y será su sucesor, Alberico, el que consiga el reconocimiento de la orden por el Papa Pascual II. Por último el tercer abad Esteban Harding, promulga la Carta de Caridad que recoge las normas por las que se regirán todas las comunidades de la orden y funda las comunidades de La Ferté, Pontigny, Morimond y Claraval que serán las casas madre del resto de los cenobios cistercienses posteriores. En 1113 comienza la expansión de la orden en Francia. Será Bernardo de Claraval el sucesor de Esteban el que favorezca la expansión de la orden primero en Francia y posteriormente al resto de Europa.

Esta semana, Málaga ha vivido la riqueza de estas dos nuevas vocaciones fieles al carisma cisterciense.

Autor: Ana María Medina

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