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Diario de una adicta (LX). El riesgo de la ignorancia

Publicado: 27/05/2017: 8167

El conocer un peligro es la más eficaz manera de evitarlo, por eso comprendo la importancia de la información objetiva y verdadera, porque la ignorancia es un factor de riesgo para el inicio de una drogodependencia, y en la permanencia de su consumo.

¡Si yo llego a saber todos los traumatismos físico, mentales, espirituales, familiares y sociales, cuando me tropecé con la droga!, la verdad es que entonces ni la hubiera mirado. Mi inconsciencia, osadía y testarudez tenía en la falta de información un importante desencadenante de mi adicción.

Yo tuve una amiga que esnifaba cocaína y que se creía, y estaba convencida, que era imposible tener problemas  por meterse unos polvos por la nariz. Con 16 años y por una pelea con su padrastro, estimulado precisamente por su madre, consideró que allí tenía poco que hacer, así que se vino a la capital y acabó en la sala donde yo trabajaba. Tenía un despiste total. Era muy alegre y siempre contenta; no tenía ni idea de donde se había metido y la cocaína le servía de refugio. Su historia era, en esencia, parecida a la mía. Una alimentación inadecuada, la falta de descanso, el estrés diario para ganarse la vida,  la tenían condicionada a una vida instintiva y animal; su cerebro razonaba de manera visceral en función del placer inmediato. No se planteaba nada, ni a corto ni a largo plazo, ni tampoco tenía capacidad para hacerlo; vivía el momento, sin más: su dinámica y su secuencia existencial se encontraban marcada por el consumo. En una de las últimas conversaciones que tuvimos, ya no tenía conciencia de nada: sencillamente no opinaba, sino trabajaba para el consumo y consumía para trabajar. Disfrutaba de la vida olvidándose de que estaba viva... hasta que consiguió apagar su mente.

A veces, el cansancio en escribir mis experiencias, recibe una oleada de ánimo, cuando me acuerdo de esas niñas que con una buena información, o mejor, con una mano tendida y dispuesta a ayudarle  hubieran solucionado sus problemas. No hay excusas, pues siempre es posible sentarse a su lado, cogerles una mano, para en silencio, hacerlas sentirse acompañadas, porque sigue siendo la soledad, que se define como una puñalada al alma,  una de las peores sensaciones que la persona puede experimentar, y que asociada a la indiferencia conduce a hacer lo que sea para... escapar.

José Rosado Ruiz

Médico acreditado en adicciones

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