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Paloma Saborido: «En las cofradías puedo rezar de muchas maneras»

Publicado: 13/09/2021: 13011

Así reza

Paloma Saborido es hermana de la Pollinica, algo que le viene de sangre. Hija de Jesús Saborido y Paloma Sánchez, es profesora titular de Derecho Civil de la UMA y pregonó la Semana Santa de Málaga en 2019. Es la directora del Comité Científico del Congreso Internacional de Hermandades y Cofradías que se celebra este mes en Málaga.

A Paloma Saborido le enseñaron a rezar sus padres, por las noches, en la cama. «Eran las típicas oraciones de cuando somos niños. Me acuerdo de dos momentos fundamentales: estar delante de la Virgen del Amparo con mi padre, y rezarle con él, desde muy pequeñita hasta casi el final de su vida. Y sobre todo, recuerdo mi colegio de la Presentación, y la Virgen niña, mi Niña María, en una capilla en la que nos vio crecer a mí, a mis hermanas y a mis amigas, y que desde entonces me acompaña en mi despacho y a la que me acerco también cuando puedo. A ella me enseñaron a rezarle las monjas de este colegio al que tanto quiero».

La oración para esta cofrade, que fue pregonera en la Semana Santa de Málaga en 2019 es esencial. «No creo que pudiese vivir sin rezar. Hay momentos en que es verdad que la intensidad de la oración es menor, pero cuando alguien hace que la oración forme parte de su vida, es muy difícil que la abandone en el camino». A la hora de elegir el modo de orar, Paloma reconoce que «las cofradías son el vehículo por el que yo ejerzo, practico y vivo mi fe, y a partir de ellas he tenido la oportunidad de rezar de muchas maneras, y siempre está presente, incluso en momentos difíciles o en situaciones que te resultan imposibles de entender. La oración me da paz».

«En cualquier momento la tengo presente, aunque el ser “humanos” conlleve momentos de desfallecimiento en que vemos peligrar nuestra vida, y eso nos hace acudir más a la plegaria. Sin embargo, también tengo muy presente el dar gracias. Mi padre falleció hace casi cinco meses, en una situación muy difícil, con una enfermedad muy larga y dura. Su final fue doloroso y en él, estuve rezando porque no sufriera, para que se fuera en paz. Lo hacía constantemente, llevaba conmigo el rosario a todas partes y lo rezaba. Hoy, sin embargo, rezo dando gracias a Dios porque me dio la oportunidad de estar junto a él ese último año, día tras día, en cada uno de esos momentos y de despedirme de él. En esos momentos, cuando pides o cuando te haces consciente de los regalos que conforman la vida, está siempre presente la oración».   

Aunque reconoce rezar “desordenadamente y de muchas formas posibles”, afirma: «Me encanta rezar el Rosario, sobre todo ante cualquier imagen a la que tenga devoción. Pero en un momento de mi vida, gracias a pertenecer a la Cofradía de la Pollinica, cuando mi padre era Hermano Mayor, él decidió que debíamos experimentar otro modo de rezar, y nos llevó a hacer adoración nocturna ante el Santísimo, y el director espiritual nos dio unas charlas a jóvenes y mayores de la cofradía antes de pasar gran parte de la noche ante el Señor. Aquello me impactó, porque no pensé que la oración pudiera tener también ese cauce». Paloma se levanta temprano y camina por la orilla del mar seis o siete kilómetros, y termina ante la Virgen del Carmen dentro de una roca y le ofrezco todo lo que vaya a hacer ese día. «En cualquier momento o lugar se puede rezar. De cualquier modo, en cualquier momento, en cualquier lugar, se puede rezar. Viendo la magnificencia de sitios así, de cualquier situación, ante estos regalos de vida, podemos rezar también».

Esta cofrade, a quien la practique poco o a quien no la haya descubierto le dice: «la oración te hace reposar, parar, estar contigo misma, reconocerte, serenarte, cerrar los ojos. En este mundo en que tan a prisa vivimos, y en el que nos relacionamos con tantas personas, esto es necesario. No hay un momento en que estés más cerca de Dios que en la oración. Porque ahí es cuando realmente te encuentras con Él, sin intermediarios, sin juicios. Como cofrade, siempre digo que yo el Domingo de Ramos, cuando me pongo mi túnica y salgo a la calle, estoy en el perigeo con mi Dios. Pero el momento más importante de ese día es incluso antes, cuando me encuentro con mi familia, con mis hijos, mi marido, mis hermanas, mis sobrinos, antes de vestirnos con nuestras túnicas, y rezamos juntos para prepararnos para salir como nazarenos a la calle proclamando que somos seguidores de Cristo. Ese es el momento en que estamos más cerca de Dios».

ORACIÓN

Préstame Madre tus ojos, para con ellos mirar, porque si con ellos miro, nunca volveré a pecar.
Préstame Madre tus labios, para con ellos orar, porque si con ellos rezo Jesús me podrá escuchar.
Préstame Madre tu lengua, para poder comulgar, pues es tu lengua materna de amor y de santidad.
Préstame Madre tus brazos, para poder trabajar, que así rendirá mi trabajo una y mil veces más.
Préstame Madre tu manto, para cubrir mi maldad, pues cubierta con tu manto al cielo he de llegar.
Préstame Madre a tu Hijo, para poderle yo amar, pues si me das a Jesús qué más puedo yo desear. Así será mi dicha para toda la eternidad.

Ana María Medina

Periodista de la diócesis de Málaga

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