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Comunicar la alegría de la fe

Publicado: 21/09/2011: 1787

Benedicto XVI dijo a las personas que participaban en la misa de Cuatro Vientos, y en especial a los jóvenes: «No os guardéis a Cristo para vosotros mismos. Comunicad a los demás la alegría de la fe».

De una manera indirecta, nos ha recordado a todos los cristianos que el mensaje, para que pueda llegar al corazón del hombre y ser escuchado, ha de ser positivo: un mensaje de alegría y de esperanza, que eso es la Buena Noticia. No es infrecuente que centremos nuestra predicación en la crítica del mundo moderno y de su cultura, con un tono amargo y agresivo, en lugar de proclamar el Evangelio. Olvidamos que la alegría y la esperanza son, junto con el amor, las dos fuerzas más creativas. Claro que esta cultura tiene aspectos criticables, pero lo nuestro es anunciar a Jesucristo. Ni la agresividad de los que dicen practicar la denuncia profética, ni la resignación de los que pretenden ser realistas ante el aumento de la increencia son buenos consejeros para el apóstol.

Y junto con la esperanza y la alegría, la comunión eclesial. La JMJ de Madrid ha supuesto para muchos una bocanada de aire fresco, porque los jóvenes, además de darnos una lección de alegría y esperanza, han testimoniado la comunión de la Iglesia. Por encima de nacionalidades y lenguas, por encima de movimientos apostólicos en los que han crecido y están inscritos, han manifestado que somos la Iglesia comunión. La Iglesia de Jesucristo, con sus legítimas diferencias. 

Finalmente, si queremos que nuestras palabras interpelen y provoquen, tenemos que ser testigos de una fe viva, de “la adhesión de toda la persona, con su inteligencia, voluntad y sentimientos, a la manifestación que Dios ha hecho de sí mismo” en su Hijo Jesucristo. 

Artículo "Desde las azoteas" de J. A. Paredes publicado en la revista "Diócesis"

Autor: diocesismalaga.es

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