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El sacramento del matrimonio es cosa de tres

Publicado: 27/07/2011: 11571

Dicen que a la vuelta de vacaciones de verano suelen aumentar los divorcios. La Iglesia no enseña a los cónyuges que se aguanten sin más, sino que los anima a superar los obstáculos con el diálogo, la madurez, la paciencia, la fidelidad, la renuncia al egoísmo y la ayuda invisible del Señor. Porque el matrimonio cristiano es cosa de tres: de la mujer, del marido y de Jesucristo, que se hace presente en el amor humano

La Iglesia Católica sostiene que el matrimonio, unión indisoluble de un hombre y una mujer, que se casan en el Señor, es fundamento de la familia y camino de santidad. Para corroborarlo de una manera expresiva, el papa Juan Pablo II beatificó a los esposos romanos Luigi Beltrame Quatrocchi y María Corsini, padres de cuatro hijos y miembros del movimiento
scouts católico.   Los beatificó como personas y como matrimonio. Al igual que otros muchos padres, también ellos tuvieron que afrontar la recomendación de los médicos, que les diagnosticaron que la madre corría un grave peligro si seguía con el embarazo. Se encomendaron a Dios y obedecieron el dictado de su conciencia: respetar la vida de la niña que María llevaba en su seno. Fue una decisión compartida y asumida con la fuerza de la fe.

Y Enrichetta fue después la alegría de los suyos. Como todo matrimonio, tuvieron que superar numerosas crisis y profundizar en los cimientos de una buena convivencia. Pues un matrimonio logrado es una fuente de alegría inagotable, pero sólo se consigue a base de diálogo, escucha, sacrificio por el otro y amor creativo, capaz de renovar la convivencia y el corazón de cada uno. Porque sin renuncia y sacrificio por el otro, sin imaginación y sin ternura, el amor se deteriora y no llega a madurar.

Dicen que a la vuelta de vacaciones de verano suelen aumentar los divorcios. La Iglesia no enseña a los cónyuges que se aguanten sin más, sino que los anima a superar los obstáculos con el diálogo, la madurez, la paciencia, la fidelidad, la renuncia al egoísmo y la ayuda invisible del Señor. Porque el matrimonio cristiano es cosa de tres: de la mujer, del marido y de Jesucristo, que se hace presente en el amor humano.

Juan Antonio Paredes, delegado de medios de comunicación social

Autor: diocesismalaga.es

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