DiócesisHomilías Mons. Dorado Santa María Madre de Dios Publicado: 01/01/2005: 1047 Convergen en este día la fiesta del Año Nuevo, la Octava de Navidad, la Solemnidad de María Madre de Dios y la Jornada de la Paz. En la Liturgia de la Iglesia, el año nuevo es simplemente el día octavo después de la Navidad, después del nacimiento del Señor. Y sólo en eso está su importancia. En esta subordinación del comienzo del año civil bajo el misterio de la fe y de su nuevo inicio, se advierte claramente la transformación del tiempo que se opera mediante la fe. Sin la fe, nuestro calendario no es otra cosa que la medida de las rotaciones de la tierra: en torno a sí misma y en torno al sol. Día y año son dimensiones puramente mecánicas, expresión de una marcha circular que siempre se repite de nuevo. La fe transforma el tiempo. Su unidad de medida no son los movimientos de los astros, csino las acciones salvadoras de Dios, en las cuales Él nos aplica su corazón. Los dos grandes acontecimientos que proporcionan al tiempo un nuevo eje y le dan valor salvífico son el Nacimiento y la Resurrección del Señor. A partir de estos hechos de Dios surge la festividad cristiana, que no tiene nada que ver con las órbitas descritas por los astros. La repetición de las fiestas es la expresión de lo inagotable del amor. Así, el comienzo cristiano que significan las Navidades, pone también un nuevo contenido frente al juicio del año civil: es, ni más ni menos, que la posibilidad siempre nueva de retornar a la bondad de Dios encarnado y de convertirnos en hijos de dDios, y de vivir de nuevo a partir de ello. El octavo día después de la Navidad tiene, en la Liturgia y la legislación de Israel, un significado bien determinado: es el día de la circuncisión y de la imposición del nombre, esto es, el día de la aceptación legal en la comunidad de Israel. El día octavo en la vida de Jesús significa que él se naturalizó legalmente con su pueblo, que fue incorporado oficialmente a la Comunidad de Israel: así Dios se naturalizó en nuestro mundo y recibió su nombre, que define su vocación y su misión. Jesús en hebreo significa ‟Dios salva‶, ‟Dios está con nosotros‶. Quien tiene a Dios con él no teme. La Octava de Navidad significa que ese Niño nacido y naturalizado entre nosotros es el que lleva nuestra historia humana hacia Dios. Así, el día octavo se convierte en el signo de la esperanza cristiana. La vida del Niño es más fuerte que la muerte; y en medio del tiempo que pasa, se halla el nuevo comienzo, que ha entrado en la marcha del amor divino. Por eso, en el umbral del año nuevo, nos presenta la Iglesia las palabras de la Carta a los Gálatas, en las que el Espíritu clama: ‟¡Abba, Padre!‶. Y pone ante nosotros estas palabras como una expresión de confianza que nos debe ayudar a introducirnos, consolados y animosos en un futuro de cuyos caminos nada sabemos. También la frase siguiente nos ofrecerá esperanza para lo que ha de venir: como hijos somos libres y como hijos somos herederos. Así debe aparecer el contenido último de nuestro futuro: seremos señores del todo, como herederos que seremos de Dios. Ciertamente no se puede decir más a un hombre. Al mismo tiempo, el texto de la Carta a los Gálatas, nos recuerda el significado de la Navidad, que es el misterio fundamental del cristianismo: el Hijo de Dios se ha hecho hombre. Y advierte delicadamente San Pablo que la autenticidad con que Dios se incorpora a la familia humana requiere la cooperación de una mujer, su Madre. Toda la historia y la grandeza de María se concentra en el momento en que recibió y aceptó la vocación de ser Madre del Mesías, Hijo de Dios. San Lucas describe esta vocación o experiencia sobrenatural de la Virgen en la página más hermosa de su Evangelio; La Anunciación. En ella se nos describen las relaciones fundamentales de la Virgen con la Santísima Trinidad: * ‟¡Alégrate, llena de Gracia, el Señor está contigo (PADRE) * ‟Vas a concebir y a dar a luz un hijo‶(JESUCRISTO) * ‟El Espíritu Santo bajará sobre ti‶(ESPÍRITU SANTO) +Antonio Dorado Obispo de Málaga Autor: diocesismalaga.es Más artículos de: Homilías Mons. Dorado XI Semana de Teología Espiritual del Centro de Estudios de Teología Espiritual (CETE)Fiesta de Santa Mª de la Victoria Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir