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Málaga tiene ya un nuevo santo

Publicado: 16/10/2016: 24824

Los primeros malagueños llegaban a la Plaza de San Pedro a primeras horas de la mañana, antes incluso de que el sol brillase sobre las figuras de los santos que coronan la columnata que rodea esta gran explanada.

Los siete modelos de santidad que hoy el Papa ha propuesto a los cristianos de todo el mundo han congregado a más de 70.000 fieles provenientes de los cinco continentes, con especial representación de los lugares de origen de los nuevos santos: Argentina, México, Francia y España. El español era, sin duda, el idioma más representado en la Plaza de San Pedro en la mañana del domingo. Los peregrinos han participado con devoción en esta celebración, cuyo momento más emotivo ha sido aquel en el que Francisco ha pronunciado la fórmula de la canonización, precedida de los siete nombres que han sido inscritos en el Libro de los Santos.

Los 140 malagueños que han viajado a Roma para vivir en primera persona la canonización de D. Manuel han ocupado una amplia zona cercana al altar. Desde allí, han explotado en alegría cuando el Papa ha declarado santo a Manuel González, obispo de Málaga desde 1916 a 1935. Entre ellos estaba el obispo y una amplia representación de sacerdotes, que han concelebrado junto al Papa Francisco, así como personas pertenecientes a la familia eucarística y seminaristas de la Diócesis.

Ellos son testigos de que la obra de san Manuel González sigue viva en la Diócesis de Málaga, especialmente entre los sacerdotes, que llevan impreso el carisma del santo, y entre los fieles que siguen cultivando la devoción a Jesús presente en la Eucaristía. Las Misioneras Eucarísticas de Nazaret, fundadas por san Manuel González en 1921, cuentan con ocho religiosas en Málaga, y rigen en la actualidad la iglesia del Santo Cristo de la Salud, donde se encuentra expuesto, la mayor parte del día, el Santísimo Sacramento. Han acudido a Roma las ocho; no se han querido perder esta cita histórica para su congregación, que cuenta ya con el privilegio de tener a un santo como fundador. La superiora de la Comunidad de Málaga, María Antonia Moreno, afirma: «todavía se me cruza la risa y las lágrimas por la alegría y la emoción juntas. Al escuchar al Papa decir "San Manuel González", me sentí muy pequeña y muy grande. Pequeña, porque ante todo lo que me ha enseñado y legado mi Fundador, es alto el listón y grande el reto. Pero me hace sentir, al mismo tiempo, la grandeza del ideal, que me abre a la esperanza de que Dios y la Iglesia sigue necesitando que hagamos eco de su mensaje: Vivir "con los ojos de la cara fijos en el prójimo y en sus necesidades para socorrerlos y con los ojos del alma fijos en el corazós de Jesús, que está en el Sagrario, ocupando nuestro puesto, el que a cada uno ha señalado Dios».

El Seminario Diocesano de Málaga, que reformó el nuevo santo, ha acudido en pleno a esta canonización. Manuel Otero es uno de los seminaristas de cuarto curso, y afirma que para él ha sido un momento muy intenso. «Lo hemos vivido con muchas ganas y mucha emoción. Ver santo a alguien de nuestra tierra, de Andalucía, que se preparó en un Seminario como nosotros y se ordenó de cura. ¡Quién le iba a decir que hoy, casi cien años después, iba a congregar a toda esta gente celebrando su canonización!».

Para todos ha sido una experiencia inolvidable, pero dos de los jóvenes que se forman para ser sacerdotes en el Seminario refundado por san Manuel González la han vivido de un modo especial. José Manuel Bacallado y José Miguel Porras han podido hacer de acólitos en la ceremonia portando ciriales y uno de los cálices para la consagración eucarística. Mientras se preparaban para la celebración, han podido saludar personalmente al papa Francisco, algo que «no olvidarán».

Entre los sacerdotes también ha sido un día memorable. Francisco Ruiz y Fernando Luque son dos de los curas más jóvenes de la Diócesis de Málaga. Su vida sacerdotal está profundamente marcada por la figura de san Manuel. «Fue un hombre que ayudó a muchas personas a encontrarse con Jesús vivo, en el sagrario; ejemplo de pastor y catequeta, por ese motivo, el haber podido asistir a su canonización a Roma me da mucha alegría y me estimula para ayudar a las personas que el Señor me ha encomendado en mi tarea pastoral a mostrarles el camino que lleva hacia el Señor Vivo y Resucitado», afirma Francisco, párroco en las localidades de Teba y Almargen.

Por su parte, Fernando, cuyo primer destino han sido los pueblos de Yunquera y El Burgo, se siente impulsado a afirmar, tras este día, que «merece la pena dedicar la vida a hacer presente a Cristo en la Eucaristía y acercar así a Dios a los hombres como hizo nuestro santo obispo Manuel González».

El Santo Padre, al término de la Misa de Canonización, ha recorrido la Plaza de San Pedro para estar cerca de todos los fieles reunidos allí, y antes, ha saludado uno a uno a los obispos participantes, entre ellos a Mons. Jesús Catalá, que ha presidido la peregrinación del nutrido grupo de sacerdotes malagueños, a quienes se ha unido también el cardenal Mons. Fernando Sebastián. Antes de regresar a Málaga, tienen previsto participar en la Misa de Acción de Gracias que tiene lugar el lunes 17 de octubre en la basílica Santa María la Mayor, de Roma.

Ana María Medina

Periodista de la diócesis de Málaga

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