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Manifiesto de la iniciativa ITD para el 1 de mayo

Juan Bautista Díaz, presidente diocesano de la HOAC en Málaga · Autor: S. FENOSA
Publicado: 01/05/2018: 10850

CARTA ABIERTA. Juan Díaz Blasco, presidente diocesano de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) Málaga, con motivo de la fiesta de san José Obrero, Día del Trabajador, 1 de mayo.

Desde la Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), unimos nuestras fuerzas en este 1º de mayo, Día del Trabajo y festividad de San José Obrero, para promover el sentido creador del trabajo, clave del desarrollo humano; y denunciar aquellas situaciones que atentan contra la dignidad de las personas.

En nuestro sistema económico, el trabajo no es un bien para la vida, sino un instrumento al servicio del capital, poniendo a la persona en una peligrosa situación de vulnerabilidad y exclusión.

Nuestro mercado laboral se caracteriza por el desempleo, la temporalidad, la pobreza incluso teniendo un empleo, la precariedad, la baja protección social (desempleo, pensiones), los salarios de miseria, la inseguridad laboral, la reducida representación y participación sindical y las dificultades para conciliar vida laboral y familiar.

Este injusto marco laboral y social tiene el rostro de múltiples historias personales de frustración, inseguridad y explotación.

Sin embargo, «la política económica debe estar al servicio del trabajo digno. Es imprescindible la colaboración de todos, especialmente de empresarios, sindicatos y políticos, para generar ese empleo digno y estable, y contribuir con él al desarrollo de las personas y de la sociedad» (CEE, Iglesia, servidora de los pobres, 32).

Y como dicen los obispos españoles, «la política más eficaz para lograr la integración y la cohesión social es, ciertamente, la creación de empleo». Pero, el trabajo, para satisfacer las necesidades básicas de las personas, ha de ser digno y estable.

Por tanto, defendemos:
- Que la persona debe ser el centro de la vida política y de las relaciones laborales.
- Un trabajo decente para un desarrollo integral de todas las personas.
- La igualdad de hombres y mujeres.
- Un trabajo que desarrolle nuestra vocación y la construcción del bien común.
- Reconocer el trabajo reproductivo, de cuidados, que posibilita y sostiene la vida.
- La seguridad y la salud en nuestro ámbito de trabajo.
- Poder ejercer nuestro derecho a organizarnos colectivamente y participar de las decisiones que afectan a nuestras vidas.
- Promover la conciliación real laboral y familiar.
- Que el acceso a los derechos para una vida digna (sanidad, vivienda o educación) no estén condicionados a tener o no un trabajo.

Hemos de ser levadura en la masa, creando mecanismos y relaciones humanas que posibiliten una vida y un trabajo digno para todos y todas; animamos a las personas de buena voluntad, a nivel individual o asociados, y a las parroquias, a sumarse a esta iniciativa a través de iglesiaporeltrabajodecente.org

Diócesis Málaga

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