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Lectio Divina Domingo VI de Pascua

Sois mis amigos. Siempre estás conmigo. Hazte un selfie, nunca estarás solo, porque contigo siempre está Jesús
Publicado: 09/05/2015: 7848

Antonio Collado, Vicario de la Promoción de la Fe y párroco de San Juan Bautista de Málaga, ayuda a rezar la Lectio Divina con el evangelio de este domingo.

Lectura (Lectio)
La unión entre Jesús y el creyente, a imagen de aquella que existe entre él mismo y el Padre, es una comunión fundamentada en el amor y ha de expresarse en el cumplimiento del mandamiento nuevo. Esta relación, calificada por Jesús como “amistad”, es fuente de alegría y de buenos frutos. Como un amigo, me pongo a la escucha de lo que el Señor me quiere hoy decir.


Meditación (Meditatio)
No resulta fácil seguir la argumentación de Juan en este pasaje porque va encadenando diversos temas. Quizás ayuda saber que todos ellos persiguen un mismo fin: describir los rasgos del verdadero discípulo. Ya sé que dos rasgos importantes son: “permanecer” y “dar fruto” por lo que en el evangelio del domingo pasado se proclamó. Pero estas dos actitudes nacen de vivir unidos a Jesús en el amor. Si repaso todas las veces que aparecen las palabras “amar” y “amor” en este pasaje surgen estas preguntas: ¿De qué tipo de amor se trata? ¿De dónde procede ese amor? ¿Cuál es su máxima expresión? Se habla aquí de una corriente de amor que comienza en Dios y a través de Jesús llega a los discípulos, que son amados en la misma medida en que él es amado por el Padre. Jesús quiere que sus seguidores participen de sus motivaciones más profundas y hagan la misma experiencia de amor y de obediencia que le ha vinculado tan estrechamente con el Padre. Para ello, Jesús les pide que cumplan sus mandamientos, que se reducen a uno solo y cuyo contenido aparece enunciado dos veces en el texto. Siguiendo la lógica del relato, Jesús invita a dar un paso más y a prolongar esa corriente de amor pidiendo a los suyos que se amen mutuamente con el mismo amor con que él los ha amado. Sentirme amigo de Jesús y no siervo, amado desde el corazón de Dios, elegido por él sin mérito propio, enviado a dar fruto que dure, debería hacerme enfocar mi vinculación con él de un modo nuevo.


Oración (oratio)
«Como el Padre me ama a mí, así os amo yo a vosotros». Me detengo en los sentimientos y convicciones de fe que suscitan en mí estas palabras de Jesús. Y las saboreo en el silencio del corazón.


Contemplación (contemplatio)
«Desde ahora os llamo amigos, porque os he dado
a conocer todo lo que he oído a mi Padre». Solo adentrándome en la contemplación del misterio de
la presencia de Dios en “el hondón del alma” puedo deleitarme en la auténtica relación de amistad y amor con la Santísima Trinidad.


Compromiso (actio)
«Os he destinado para que vayáis y deis fruto abundante y duradero». ¿Qué frutos de amor me está pidiendo el Señor hoy, ahora?

Antonio Collado

Sacerdote diocesano

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