DiócesisHomilías Mons. Dorado

Dedicación de la Parroquia del Puerto de la Torre

Publicado: 17/09/2006: 859

17 de septiembre de 2006

Dedicación del nuevo Templo Parroquial de Nuestra Señora de los Dolores.


1.- Bajo la presencia de Nuestra Señora de los Dolores, celebramos hoy la
consagración y dedicación de un nuevo templo. Es un gran acontecimiento: un templo digno
y bello, aunque sencillo, construido por una comunidad parroquial con gran esfuerzo y
sacrificio, es una manifestación pública de fe católica que habla por sí misma. Es un
acontecimiento lleno de promesas y de vitalidad apostólica; una fuente de espiritualidad y de
renovación.

Es una manera de expresar que Dios es Dios y que Él no puede ser tratado como un
valor marginal, privado o residual. Que Jesucristo, ayer, hoy y siempre es el primero en todo
y el mejor guardián del hombre; que adorar a Dios ‟en espíritu y en verdad‶ es una actividad
nobilísima y que la humanidad que olvida a Dios no tiene más remedio que volverse inhumana.
Y por eso la falta de templos es un signo más de que estamos construyendo unas ciudades
donde no hay sitio para Dios

2.- Quiero deciros asimismo que un templo –y por eso lo llamamos también ‟Iglesia‶–
es ante todo un símbolo de un ser viviente: la comunidad cristiana parroquial y diocesana, una
‟familia de Dios, edificada sobre el cimiento de los apóstoles y profetas... y el mismo Cristo
Jesús es la piedra angular, en quien todo el edificio bien trabado va creciendo hasta formar un
templo consagrado al Señor... hasta llegar a ser, por medio del Espíritu, morada de Dios‶ (Ef
2, 19-11).

Este templo está llamado a ser como un retrato de la comunidad parroquial llena de
vida.

Los templos hermosos sin una comunidad cristiana piadosa y evangelizadora, no son
sino museos o mausoleos fríos que no pueden disimular su propio vacío.


3.- El quehacer y las prioridades pastorales de nuestra Iglesia diocesana de Málaga y
de nuestras parroquias, están bien descritas en nuestro Proyecto Pastoral Diocesano.

La Iglesia y la parroquia están siempre ante dos imperativos sagrados que las
mantienen en una tensión insuperable. Por un lado está la fidelidad a la memoria viva, a la
asimilación teórica y la respuesta gozosa a Dios que se nos ha revelado en Jesucristo, que es
su origen y cimiento de su existencia, ‟su piedra angular‶.

Y, por otro lado, está llamada a ‟fortalecer y transmitir la Fe‶, a comunicar la salvación
que Dios ofrece a todos los hombres y que les llega por el anuncio del Evangelio. La
celebración de los Sacramentos, el testimonio de su vida y la colaboración generosa de cada
uno de sus feligreses. El cultivo de la identidad cristiana y eclesial y el ejercicio de la pastoral
misionera son igualmente sagradas.
4.- El quehacer supremo de la vida cristiana es el descubrimiento y consentimiento a
Dios, la relación personal con Él y la fe viva. La parroquia es ante todo ‟la Casa de Dios‶ y ‟el
hogar de los hijos de Dios‶. Hogar vivo antes que edificio de piedras, donde Dios se revela al
hombre como Vida, Fuerza, Santidad y fascinación irresistible. Reconocer a Dios,
transparentarle y servirle desde Cristo es la primera tarea del cristiano. Descubrir y anunciar
al Dios vivo y verdadero en Jesucristo es la primera necesidad de la Iglesia y de la parroquia.
A eso llamamos Iniciación Cristiana, evangelizar y catequizar.

5.- La parroquia no puede cumplir su misión si no refleja en sí misma la unidad y la
comunión de la Santísima Trinidad y la unión que Cristo vivió con el Padre y que Él quiso para
todos sus discípulos. La parroquia es una comunión de fe y de esperanza, de amor y de
misión. Una Iglesia dividida no puede testimoniar la verdad de Cristo. A veces, entre grupos
cristianos y movimientos, se dan tales distancias que equivalen a rupturas de comunión y de
colaboración. Hoy es tarea sagrada de la Iglesia y de la parroquia llegar a ser realmente una
comunidad fraternal, llevada en propia mano por los seglares como sujetos activos en
comunión con el ministerio de presidencia en el amor de los presbíteros. El reto que tiene por
delante la Iglesia, no es tanto ser una democracia, cuanto una real comunidad de fe orante,
de misión evangelizadora y de presencia crítica y profética en la sociedad.

6.- Una urgencia de la Iglesia española es que se multiplique el número de mujeres,
hombres y jóvenes –de familias– que sientan como un inmenso don de Dios el poder entregar
su vida al servicio del Evangelio y de Jesucristo.

El problema principal de la Iglesia no es que haya menos curas y monjas –que también
lo es–, sino que haya menos creyentes a fondo, con voluntad incondicional para responder a
Dios y a su vocación.

Los hombres somos todos unos ‟pobres hombres‶ pero es a los que Dios ha amado
–‟Dios manifestó su amor al mundo‶– como nos recuerda la tarjeta de invitación y nos ha
constituido en puentes o instrumentos para que nos encontremos con Él, porque, como dice
San Pablo: ‟en la debilidad de los hombres, se manifiesta la Fuerza de Dios‶.

El mejor servicio que la Iglesia ha aportado en la historia se ha derivado de su mayor
fidelidad al Evangelio y a esa forma de vida que son las Bienaventuranzas.

En fin, que este nuevo templo os haga sentir la presencia del Señor entre vosotros: ‟es
la Casa de Dios‶. Y que, por la intercesión de Nuestra Señora de los Dolores, os ayude a ser
una comunidad de fe, de oración y de caridad para responder a la demanda de los hombres
de nuestro tiempo, que, quizás no siempre conscientemente, nos piden a los creyentes de hoy,
no sólo ‟hablarles‶ de Cristo, sino, en cierto modo, ‟hacérselo ver‶, como nos recordaba Juan
Pablo II en la NMI, 16.


+ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga.

Diócesis Málaga

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