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Carlos Rafael Martínez, de maestro de Religión a alumno de Teología

Carlos y su esposa Virginia // E. LLAMAS
Publicado: 06/10/2022: 7552

Diácono

Carlos Rafael Martínez Jiménez está casado con Virginia Carrasco Selma, son miembros del movimiento Misioneros de la Esperanza y pertenecen a la parroquia de Los Boliches, en Fuengirola. Tienen tres hijos: Carlos (24), Alberto (21) y Virginia (18). Los cinco están ilusionados con su ordenación como diácono permanente en la Catedral, de manos del Sr. Obispo, D. Jesús Catalá. 

Virginia explica que «es mucho lo que compartimos. Ambos somos Misioneros de la Esperanza y llevamos mucho tiempo caminando juntos en la fe. Desde que me contó que sentía que el Señor le pedía algo más, puse su inquietud en manos de Dios y me puse a su lado para acompañarlo en lo que Dios nos pidiera».

Y es que, aunque fue Carlos el que sintió la llamada al diaconado permanente, tiene claro que su familia es una pieza clave en este proceso de abandono en las manos del Señor. «Me emociono al contarlo, a ver si soy capaz de llegar hasta el final», reconoce Carlos, «había terminado de hacer unos ejercicios espirituales ignacianos y estaba abierto a lo que Dios quisiera de mí. Virginia y yo nos encontrábamos en pleno proceso para hacer los votos de pobreza, obediencia y piedad testimonial y entonces comenzaron a hablarme también del diaconado permanente, pero lo dejé en el aire. Otro momento importante fue la celebración, en nuestra parroquia de Los Boliches, de la primera Misa de Juan Pablo Jiménez, en la que sentí algo muy especial; y hubo otros momentos clave como un día en que me pidió mi párroco que ayudara a dar la comunión, ante la cantidad de fieles que había en la parroquia. El momento más decisivo tuvo lugar en 2013, en un encuentro de jóvenes, en Alicante. Mi director espiritual de entonces, el querido sacerdote Ildefonso López, me dijo que íbamos a ir trabajando y meditando todo esto que había sentido, y eso hice. En ese momento trabajaba en un colegio privado y tenía mucha carga laboral y muy poco tiempo para comenzar a estudiar Teología, así que hico dos intentos, pero sin buen final. Y el Señor seguía insistiendo, peregrinamos a Tierra Santa y allí en Señor seguía dándome toquecitos, y en la beatificación del Padre Arnaiz, en octubre de 2018, ya me dio un empujón. Así que dejé el trabajo, sin tener otro a la vista, aunque pronto surgió uno nuevo, como profesor de Religión, que me permitió ponerme a estudiar y seguir adelante el proceso de formación. Yo te diría que fue un proceso de total abandono en las manos de Dios».

Sus hijos Carlos, Alberto y Virginia llevan muy bien que papá sea diácono permanente: «lo viven con naturalidad», afirma Carlos, «cuando les di la noticia se asombraron, al principio, pero después han ido participando en todo el proceso y lo viven con naturalidad. La época de estudio ha sido dura para toda la familia pero, para eso estamos y somos familia», concluyen Carlos y Virginia. 

Encarni Llamas Fortes

Encarni Llamas Fortes es madre de tres hijos. Periodista que desarrolla su labor profesional en la Delegación de Medios de Comunicación de la Diócesis de Málaga. Bachiller en Ciencias Religiosas por el ISCR San Pablo.

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