DiócesisCartas Pastorales Mons. Dorado

Las vacaciones, un tiempo propicio también para el Espíritu

Publicado: 09/06/2005: 1106

Carta pastoral a los turistas


Sed bien venidos a Málaga todos los que habéis elegido esta tierra para disfrutar en ella vuestras vacaciones. La variedad de sus paisajes, el buen carácter de sus gentes y la suavidad de su clima son algunos de los ingredientes con los que os vais a encontrar. Espero que no interfiera en vuestra estancia ningún percance desagradable que os prive del derecho al descanso y a la alegría.

En mi condición de Obispo de la Iglesia Católica, os invito a todos, y de manera especial a quienes compartías nuestra fe, a que os sintáis en casa. Siempre encentraréis cerca de vuestro lugar de residencia una parroquia que os acogerá como hermanos, a pesar de las barreras de la lengua. Cuando se comparten la fe, la esperanza y el amor a Jesucristo, es posible superar cualquier dificultad. Comprobaréis que los miembros de las comunidades cristianas malagueñas derrochan ingenio para facilitar la integración de los que nos visitan en los servicios religiosos y para dar respuesta a vuestras demandas religiosas básicas. Los colores de vuestra bandera os conducirán dentro del templo al lugar en el que hay información en vuestra lengua.

Como estamos celebrando en Año de la Eucaristía, os animo a participar en ella cada domingo. Este alimento del Espíritu, lejos de restar algún tiempo para el legítimo descanso, da profundidad a nuestra vida diaria y es fuente de plenitud. La oracióón es la forma mejor para encontrar la paz interior y el descanso del alma. Lejos de la tensión de los horarios, podréis disfrutar de la Presencia amiga del Señor con sosiego y hondura. Como bien sabéis, al celebrar el memorial de la muerte y la resurrección, se ilumina nuestra existencia y crece nuestro amor. Y esa luz interior nos proporciona un horizonte de sentido, que es el mejor reconstituyente para acrecentar nuestra alegría de vivir y para superar todo tipo estrés

Tenéis también la posibilidad de orar tranquilamente ante el sagrario, en la paz de nuestros templos. Uno de mis predecesores como Obispo de la diócesis de Málaga, el Beato Manuel González, que murió en el siglo pasado, fue un apóstol de la adoración al Santísimo y por eso lleva el hermoso nombre de "El Obispo del sagrario abandonado". Esta adoración es una dimensión de nuestra fe cristiana, que se cuida con gran esmero durante la formación de los futuros sacerdotes. Es posible que lo advirtáis al frecuentar nuestros templos.

Por lo demás, encentraréis huellas de vuestra cultura en algunos lugares diversos de nuestra geografía religiosa. Empezando por Nuestra Señora de la Victoria, que es la Patrona de Málaga y se venera en un santuario de la capital: es una imagen que llegó de Alemania hace más de cinco siglos. También es muy visible la presencia de la cultura inglesa, pues los viajeros románticos del siglo XIX inmortalizaron algunos de nuestros caminos y ventas; y hubo una significativa presencia, durante el desarrollo industrial de esta provincia. A mediados del siglo pasado empezaron a llegar ciudadanos del mundo entero, muchos de los cuales se han quedado entre nosotros por razones tan diversas como el trabajo, el matrimonio y la seducción de esta tierra que los acogió. Numerosos lugares de la costa y de la Axarquía, cuyos pueblos os animo a visitar, dan fe de ello.

Junto con mi bienvenida y mi deseo de que os sintáis acogidos, os agradezco de antemano el esfuerzo que realizáis la mayoría por conocer y comprender nuestra cultura y por hacernos partícipes de lo mejor que Dios ha puesto en vosotros. Y no olvidéis que este tiempo de descanso es una oportunidad muy propicia para abrir a Dios el corazón y para poner de manifiesto ese Espíritu evangélico que nos distingue a los seguidores de Jesús de Nazaret, el Hijo Unigénito de Dios.

Recibid mi bendición y mi testimonio de amistad.

✝ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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