Rabia, una propuesta para este fin de semana

Publicado: 27/05/2010: 228

Galardonada con la biznaga de oro en el Festival de Cine de Málaga y con una mención especial del jurado SIGNIS, otorgado por la Asociación Católica Mundial para la comunicación, la película nos presenta un guión coherente, intenso y emotivo.

J.J. Loza.  Dirigida por Sebastián Cordero es una adaptación de la novela de Sergio Bizzio y escrita por el mismo director. Retrata la vida de una pareja de inmigrantes en España. José María, trabaja en la construcción y Rosa, empleada doméstica en una casa de una familia acomodada. Se conocen, se enamoran y viven una relación intensa como pareja. Él es un hombre duro, golpeado por las circunstancias y por el sufrimiento de la vida dejada atrás y que se esconde en la mansión donde trabaja su novia porque ha matado en un accidente al capataz de la obra donde trabajaba.

‘Rabia’ nos presenta un guión coherente, intenso, emotivo que sabe girar la historia sin penderse en las elipsis que no rompen el ritmo intenso. A veces, angustioso de unos personajes protagonistas bien definidos y unos secundarios que acompañan, sostienen y dan sentido. Un argumento que se va deslizando y conociendo en el propio devenir de lo que acontece. Retrata el amor pasional de José María (Gustavo Sánchez Parra) que es capaz de todo por proteger a su amada Rosa (Martina Garcia). Una chica de mirada limpia, como una virgen. Jose María descarga su ira, su rabia con una desmedida violencia. Poco a poco, se desvelando una personalidad compleja.

Pero, no están solos, a su alrededor, viven una familia religiosa. La señora es una mujer bondadosa. Pero, ahogada en la insatisfacción (Concha Velasco) de unos hijos que son unos ácratas. El marido es intransigente, duro (Xabier Elorriaga). Pero, firme en sus valores y en su sentido de la vida que sabe integrar las vicisitudes de su familia con respeto y diálogo. El hijo (Àlex Brendemühl) es un libertino y derrochador, un caradura que se aprovecha de las circustancias para no dar un golge. La hija (Iciar Bollaín) es una divorciada que aparece a mitad de la historia, una cínica resentida que vuelve a casa por despecho a su ex-marido.   

Entre tanta pesadumbre, Cordero sabe observar la realidad de cada personaje, una mirada casi contemplativa del dolor y la amargura para mostrarnos la angustia y la tensión desde los ojos de José María que protege a su amada de todo peligro. Sabe crear una atmósferas densa, un talento magistral del director de arte, Eugenio Caballero, y una magnífica fotografía, Enrique Chediak, que acompaña, envuelve que da vida a la mansión que se convierte en un personaje más.

Cordero expone en la mansión las imágenes religiosas como algo natural, no las esconde ni las oculta, las muestra como parte de la misma vida. No las religa a lo privado ni pretende una metáfora poética sobre el valor de lo trascendente. En definitiva, una obra genial que muestra la cretividad de un director que dará mucho que hablar.

Autor: diocesismalaga.es

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