Un misterio divino para vivirlo

Publicado: 27/05/2010: 358

Ante la fiesta de la Santísima Trinidad, varios cristianos hablan para la revista "Diócesis" de su experiencia de Dios Trinidad.

Al llegar la fiesta de la Santísima Trinidad, los pensamientos y sentimientos vuelan a la búsqueda de Dios. Los teólogos ayudan, con sus reflexiones, a profundizar en el conocimiento y misterio de Dios trino. Pero este misterio no es sólo para pensarlo, sino para ser vivido. En estos tiempos de crisis, vivir el misterio de la Santísima Trinidad significa abrirse a la presencia íntima de Dios, vivir la comunión, rezar y descubrir el rostro de Dios Trinidad en los pobres y marginados.

Nos hemos acercado a los trinitarios para acoger su testimonio en el mundo de las parroquias, de los colegios, tras los muros de la cárcel o sirviendo a los pobres, emigrantes, encarcelados y rezando en los conventos de clausura, hay miles de hombres y mujeres que potencian la búsqueda del Dios Trinitario. Para Antonio Elvert, trinitario encargado de la casa de Acogida de Prolibertas en Antequera, la Santísima Trinidad vive en cada uno de los presos y emigrantes que se acercan a la casa: “Veo el rostro de Dios Trinidad en las caras tan diversas en cultura y religión. Escuchando sus historias llenas de desesperanza, pero también llenas de sueños, de tesoros y de lucha, me hacen tocar a Jesús liberador”. Mari Ángeles Molina, religiosa trinitaria en Málaga, contempla a la Santísima Trinidad en “el Amor de Dios Padre, que se hace cercano en su Hijo y que se me transmite a través de la fuerza del Espíritu Santo”. José y Maite, un matrimonio de la Pastoral Penitenciaria, busca el rostro de Dios Trinidad en el encuentro con los presos. “Como el buen samaritano, queríamos pararnos y acompañar al que sufre privado de libertad. Así estamos llevando a la prisión el amor de la segunda persona de la Santísima Trinidad”. Finalmente, Mariam Mundarra, una joven trinitaria de clausura, señala: “Para mí, vivir en la presencia de Dios Trinidad requiere una maduración, es un proceso nunca acabado. En la Trinidad hallo mi propia casa, mi propia familia”. Estos testimonios hablan de que Dios Trinidad vive en el corazón de tantos hombres y mujeres que lo buscan apasionadamente, de distintos modos y en distintos lugares.

Autor: diocesismalaga.es

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