Don Jacobo y su niño mimado

Publicado: 27/05/2010: 667

En este año sacerdotal, cuyo fin se acerca, es justo que recordemos a D. Jacobo y a tantos otros sacerdotes que, con sus peculiaridades cada uno, quisieron mucho a Dios y quisieron mucho a los pobres.

JOSÉ CARRETERO.  Los mendigos, los borrachos y los tontos se acercan donde encuentran cariño.   La verdad es que en muy pocos sitios  encuentran ese cariño que necesitan. En todas las partes se les rechaza porque  “afean el paisaje “.  Es justo reconocer que a las iglesias sí se acercan los mendigos los borrachos y los tontos.  ¡Por algo será!

D. Jacobo sí tenía  muchos mendigos en su puerta.  Los borrachos en la calle se le acercaban y lo abrazaban , me decía una vecina del Bulto.  D. Jacobo sí  tenía  también un amigo  deficiente conocido en todo el barrio porque siempre  iba con él. Ese amigo “tonto “ de D. Jacobo se llamaba Ginés  Ginés era su niño mimado ,su cómplice, su ·guardaespalda. Ginés era también su Cristo.

En Ginés veía D Jacobo la imagen del Señor.  Ginés y todos los otros Gines del barrio eran el motivo de su trabajo.  D. Jacobo, incluso en las reuniones más serias, presentaba a Ginés, unas veces como su secretario, otras como su administrador.  Ginés se sentía orgulloso por ello, sobre todo, cuando en esas reuniones veía  gente  con corbatas y medallas.  Ginés, era tonto, pero sabía  que en la Iglesia y en las reuniones  no se  hacían ni se  decían tonterías.

D. Jacobo  dejó a Gines “colocado ” en la Casadel Sagrado Corazón.  Allí, las hermanas,  le han tenido hasta su muerte. Allí Ginés  ha seguido  mimado  y haciendo lo que quería.  Cuando le regañaban solía decir: ¡Que se lo digo a D. Jacobo  ¡ y es que  con D. Jacobo Ginés era el rey.

D. Jacobo fue párroco en Santo Ángel, Málaga

Autor: diocesismalaga.es

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