NoticiaCoronavirus Monjas Mínimas de Archidona: «Nos unimos a toda la Iglesia en un mismo clamor» Religiosas Mínimas de Archidona Publicado: 19/03/2020: 28053 CRISIS CORONAVIRUS Madre Francisca es la superiora de la comunidad de monjas Mínimas del Monasterio de Jesús María del Socorro, en Archidona. Cada día, de 6.00 de la mañana a 9.00 de la noche, esta comunidad se une «a toda la Iglesia en un mismo clamor, orar por todos los que están sufriendo con este coronavirus». En 1551 se fundó este Monasterio de Archidona, en el que se encuentra la cripta de Sor María del Socorro Astorga, religiosa que nació en esta localidad en 1769, ingresó en el convento el año 1800, murió en el mismo lugar en 1814, en olor de santidad, y cuya causa de beatificación está en proceso. «Ante su cripta ponemos el mundo entero cada día», afirma Madre Francisca. Antes de la crisis del coronavirus, las 12 hermanas que forman esta comunidad exponían al Santísimo durante toda la mañana, en la capilla del convento, facilitando la participación de todos los feligreses que lo desearan. Ahora, «adoramos al Señor desde las 6.00 de la mañana a las 9.00 de la noche, de forma ininterrumpida, a puerta cerrada por supuesto, como nos pide nuestro Obispo. Intensificamos estos días la oración y pedimos al Señor que fortalezca a todos los sanitarios y a todas las personas que están dando su vida en estas circunstancias. Adoramos al Señor en nombre de toda la humanidad, que es lo propio de nuestra vocación como religiosas de clausura». Una comunidad con varias hermanas mayores, algunas muy delicadas de salud, pero que no pierde la alegría que brota de la entrega y oración y es que «en estos días, de forma especial, nos unimos a toda la Iglesia en un mismo clamor. Se trata de un virus mundial y nuestra oración es como el incienso que se eleva al cielo pidiendo que venga de lo alto la luz y el consuelo a todos los que están sufriendo la enfermedad, la muerte, el no poder esta al lado de los seres queridos…», explica Madre Francisca. «Nosotras gozamos con las alegrías de la humanidad y ahora sufrimos con ella, porque es un gran dolor todo lo que está ocurriendo. Así que, delante del Santísimo, intercedemos por toda la humanidad y damos gracias por tantos dones como nos concede y por tanta gente como está haciendo oración en estos momentos», añade la superiora. Madre Francisca quiere lanza un mensaje de esperanza porque «si vivimos todo esto con desesperanza se hace aún más difícil. Tenemos la oportunidad de volver a los valores esenciales, de que las familias aprovechen estos días para reforzar la vida familiar, de que los estudiantes vean la importancia de la formación para el bien común, de que todos nos acordemos de Dios, de que aprendamos a rezar en familia porque un hogar con fe ayuda a superar todas las dificultades…». «Es importante que redescubramos la paz y la alegría, a veces vivimos con tantas prisas y tan inquietos que olvidamos nuestra vida interior. Y otra cosa más, de todo esto tiene que salir un bien grande para toda la humanidad. De todas las crisis han salido grandes santos y mártires y son muchas las personas que están dando la vida en estas circunstancias. Esto nos llena de esperanza y de consuelo», concluye Madre Francisca.