Primeras comuniones

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El mes de mayo, tradicionalmente, es el mes de las primeras comuniones. En nuestra diócesis se ofrece la posibilidad de celebrarlas durante todo el año.
Es buena opción: te alejas de la oferta de mercado, los sitios para la posterior celebración suelen estar menos concurridos y consecuentemente son más baratos; se evita la aglomeración en la ceremonia y el consiguiente insoportable ruido que algunas comuniones soportan por la falta de educación de determinados invitados; se propicia una atención más personalizada al niño o niña que recibe a Cristo por vez primera bajo las especies sacramentales y, sobre todo, se celebra en comunidad: la asamblea parroquial se hace partícipe de la celebración de fe, algo bueno porque une, identifica y alegra. Es buena idea facilitar la atención personalizada, como también lo es cuidar la dimensión comunitaria o el facilitar que los niños y sus familias continúen celebrando la fe en los siguientes años. Todo un reto y propuesta apasionante para quien sólo ve en las comuniones una fiesta fechada en mayo.