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Lectio Divina con el evangelio del Domingo XXX del Tiempo Ordinario

«Sácame del borde del camino y ayúdame a caminar» · Autor: FANO
Publicado: 23/10/2015: 7016

Emilio López Navas, profesor de los centros Teológicos de la Diócesis de Málaga y párroco de Arroyo de la Miel, ofrece esta Lectio Divina con el evangelio del Domingo XXX del Tiempo Ordinario.

Lectura (Lectio)
Este evangelio presenta una única y bien articulada escena, en la que el protagonista (de quien sabemos su nombre y el de su padre) realiza todo un proceso de renovación interior. En pasajes como este, vale mucho la pena fijarse, ya no sólo en las palabras pronunciadas, sino también en los detalles de la narración, porque dicen mucho con muy poco.

Meditación (Meditatio)
Jesús sale de Jericó, una ciudad ya cercana a Jerusalén. La gente lo acompaña, seguramente para seguir disfrutando de sus palabras y de sus milagros. Y ahí, al lado del camino, como impotente y desesperanzado, se encuentra Bartimeo. Sin duda ha oído hablar de los prodigios que el Nazareno realiza, y como si fuese su última oportunidad, se pone a llamar al Hijo de David. Un detalle: la gente lo quería callar, querían impedir que sucediera el milagro. La tozudez jugó en favor del mendigo, y Jesús se para para escucharlo. La redacción del pasaje quiere hacernos identificar a los que lo callaban con los que reciben el mandato de llamar al ciego. Una de las expresiones claves es “levántate”, puesto que en la Biblia la postura para entrar en relación con Dios es estar de pie. Quien está prostrado no muestra intención de caminar. Nuestro protagonista, en cambio, ante esta llamada, no sólo se pone en pie, sino que se deshace de su manto para poder continuar la senda que le marcará Jesús. La conversación entre el menesteroso y el Maestro es sencilla, van directos al grano: “¡que vea!” Ante esta clara petición, y observando que Bartimeo tiene fe, el Señor obra el milagro, que no sólo implica una curación física, sino que va acompañada por una conversión: «le seguía por el camino».

Oración (Oratio)
Este episodio contiene dos expresiones que fácilmente se convierten en oración: «Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí» y «Maestro, que pueda ver». Con estas u otras palabras, dirígete ahora a quien realmente puede devolverte la vista y colocarte de nuevo el camino, pues muchas veces nos quedamos en el borde y no nos atrevemos a avanzar con Jesús.

Contemplación (Contemplatio)
«Enseguida recobró la vista». Ahora que el Señor te ha abierto los ojos, que la luz vuelve a las pupilas de tu alma, estate un rato contemplando la misericordia divina y su poder. Incluso en los casos más difíciles, incluso en los momentos más duros Él está ahí, esperándote para transformarte.

Compromiso (Actio)
Ya está dicho: Bartimeo se puso en camino. Quien ha rezado bien con este evangelio se tiene que sentir impelido por la fuerza del Señor a seguir caminando. Trata de encontrar un compromiso, concreto y sencillo, con el que mostrar que tus ojos han recuperado la vista. También es posible que te sientas identificado con la gente que rodeaba a Jesús: busca hacer algo que ayude a los demás a encontrarse con el Señor.

Diócesis Málaga

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