DiócesisComentario al Evangelio

Comentario al evangelio del domingo 30 de enero, por Miguel Ángel Criado

Miguel Ángel Criado, sacerdote de la Diócesis de Málaga
Publicado: 26/01/2022: 1928

El sacerdote Miguel Ángel Criado Claros, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga, ayuda a profundizar en el evangelio del IV Domingo del Tiempo Ordinario, 30 de enero de 2022 (Lucas 4, 21-30).

Profetas de esperanza

Este domingo, el evangelio sitúa de nuevo a Jesús en la sinagoga de Nazaret. Allí, rodeado de los que le vieron crecer, primero es admirado, luego desafiado, después insultado y finalmente amenazado a muerte. Parece que el autor del evangelio quiere que el lector tome conciencia de que el rechazo es la primera reacción que encuentra Jesús entre los suyos al manifestar su ministerio profético al inicio de su vida pública.

Sus vecinos piden signos, milagros y un Mesías a la carta. Sin embargo, Jesús no entra en el juego. Y, para denunciar la incredulidad de su pueblo, pone como ejemplo los milagros que realizaron a favor de los paganos Elías y Eliseo. Jesús con su actitud y sus palabras deja claro que no ha venido para buscar la aprobación de los hombres, sino para “dar testimonio de la verdad”.

Él sabe que la misión que le confió el Padre no será fácil. Sin embargo, no tira la toalla. Abandonado en las manos del Padre sigue adelante “abriéndose paso entre ellos” por su camino. El verdadero profeta no obedece a nadie más que a Dios y se pone al servicio de la verdad y del amor. Por el bautismo todos, según el modo que nos es propio, participamos del oficio y la misión profética de Jesús (cf. Chl 14).

Nuestra sociedad necesita ver en aquellos que nos decimos amigos y discípulos del Señor, profetas. Es decir, personas valientes y coherentes con su vocación cristiana. Personas que, animadas por el Espíritu Santo, se sientan enviadas a anunciar esperanza y salvación para todos.

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