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«Sintámonos orgullosos de nuestra fe y de nuestra historia»

Publicado: 08/04/2016: 7182

El Espejo de esta semana se ha acercado a los trabajos de recuperación del patrimonio histórico artístico que la Diócesis de Málaga lleva a cabo. En el programa han participado el vicario para Asuntos Económicos, Guillermo Tejero; el arquitecto técnico Pablo Pastor y la arqueóloga Ana Arancibia que están coordinando en la actualidad la intervención en la parroquia de Santiago, en calle Granada.

El vicario para Asuntos Económicos de la Diócesis de Málaga ha explicado cómo se está desarrollando esta obra que cuenta «con un presupuesto de 720.000 euros más el IVA, de los cuales 279.000 han sido aportados por el Ayuntamiento a través de la Oficina de Restauración del Centro Urbano. El resto, está siendo financiado por la propia Diócesis».

El vicario ha recordado que el patrimonio «lo hemos recibido y tenemos la obligación de seguir manteniéndolo para que lo sigan disfrutando las generaciones posteriores» De hecho, ha señalado que el sostenimiento de este patrimonio «es la partida más abultada de los gastos de la Diócesis, ascendiendo a 4 millones de euros» y ha recordado la importancia de marcar las dos X en la declaración de la renta para contribuir con este sostenimiento de la Iglesia de Málaga.

Arancibia, por su parte, ha señalado que «Igual que hay que sentirse orgullosos de nuestra fe, hay que sentirse orgullosos de nuestra historia. Málaga y la Iglesia están haciendo un esfuerzo muy importante de recuperación del patrimonio y de la historia de Málaga».

Según Pastor «el motivo de la intervención es que el templo tenía un deterioro de revestimientos y humedades procedentes del subsuelo. En 1944, tras la Guerra Civil, se colocó un suelo de hormigón y las paredes se revistieron con mortero de cemento muy rico que impedía la aireación, lo que provocó que las humedades del subsuelo ascendieran cada vez más arriba. La intervención va a consistir simplemente en una reposición del revestimiento original de mortero de cal que tenían las paredes y hacer una solera ventilada por debajo de la solería para crear una corriente de aire continua que evite la ascensión de humedades por paredes y suelo».

Escucha el programa aquí

Antonio Moreno Ruiz

Periodista y portavoz de la diócesis de Málaga

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