La nueva fase de intervención en la cripta de la iglesia del Sagrario ha dejado al descubierto nuevos e importantes hallazgos, entre ellos, una medalla del siglo XVIII, con una imagen de la "Virgen de las Angustias". Estos trabajos están siendo realizados por el arquitecto Juan Manuel Sánchez La Chica y el arqueólogo director de los trabajos Juan de Dios Ramírez Sánchez, y han aportado varios millares de piezas que están siendo estudiadas y catalogadas para su inventariado.

Entre las piezas registradas en la intervención, y destacada por su vinculación con la Catedral, se ha recuperado una medalla con la representación de la Virgen de Las Angustias y de Jesús Nazareno en su reverso. Esta medalla documentada en niveles del siglo XVIII, concuerda con el espacio sacro en el que se ha desarrollado la intervención. En el anverso, pueden leerse aún las letras N, S, y NGVST. En el reverso, lo que parece decir IE SVS NAZAR.EN.

Dicha pieza, tras su limpieza y restauración por la restauradora Laura Jiménez, ha permitido deducir que originalmente estaba chapada en oro, aunque lamentablemente ha sufrido los efectos de las aguas del freático que tanto han afectado también al estado de la cimentación.

Como explica el director del equipo arqueológico, «todos los materiales documentados en la intervención, serán inventariados y catalogados para su entrega al Museo de Málaga según marca la legislación vigente, pudiendo solicitar el Obispado cesiones temporales para su exposición dada su vinculación».

En el plano arquitectónico, esta actuación ha permitido documentar numerosas reformas que han alterado la disposición original de este espacio. «Las excavaciones nos muestran que todas las construcciones levantadas en este lugar han sufrido graves lesiones, siempre ocasionadas por las particularidades del terreno. También históricamente padeció la iglesia del Sagrario esta patología, en la que aparecieron grietas similares a las que en este momento sufre el templo. En estas excavaciones se han podido comprobar los refuerzos de la cimentación que dirigió el prestigioso arquitecto Francisco Prieto Moreno a mediados del siglo XX, que macizó parte de la cripta disminuyendo su altura y modificando el acceso, el cual se realizaba desde el interior de la iglesia y que actualmente se ubica en la sacristía», explica Sánchez La Chica.

En los trabajos de estudio de la cimentación del templo fueron encontrados ya niveles de época paleocristiana bajo los de ocupación islámica, como certifican los fragmentos hallados de una lucerna de Terra Sigillata, decorada con una cruz, así como platos y patenas de Terra Sigillata con el símbolo del cordero y de la paloma y el pavo real, elementos todos asociados a la simbología paleocristiana.