NoticiaHistoria de la Iglesia El Concilio de Nicea Publicado: 17/05/2013: 12616 Un sacerdote alejandrino, Arrio, escribió una obra "Thalia" o "El Banquete". En ella negaba la divinidad del Verbo de Dios, afir mando que no siempre existió el Hijo de Dios, por lo que era una creatura de Dios, superior a todas, e incluso a los ángeles. El obispo de Alejandría llamado Alejandro condenó esta teología. Pero Arrio logró reunir un numeroso grupo de partidarios que fueron excomulgados en el 318. Esta determinación provocó una serie de motines a los que intentó poner fin el emperador Constantino. Para ello, Constantino, aconsejado por el célebre Osio obispo de Córdoba, convocó un concilio de obispos. Se celebró en Nicea de Bitinia (junto al Bósforo, en Asia Menor) y en el palacio de verano del emperador. Comenzó el 20 de mayo del 325 y terminó el 25 de julio del mismo año. La mayor parte de los obispos asistentes procedía del Oriente; de Occidente, unos seis, dos representantes del obispo de Roma, un cartaginés, un calabrés, un galo y el obispo de Córdoba Osio que ejerció como presidente. El total de participantes entre 250 y 300; a 220 los conocemos de nombre. El desarrollo del concilio, lo conocemos muy bien, gracias a la presencia del gran historiador de la Iglesia, Eusebio de Cesarea (263?-339), el cual propuso como modelo el símbolo bautismal de su diócesis. Fue aceptado por todos, a excepción de Arrio y de dos obispos libios que fueron excomulgados al recha zar el llamado "credo de Nicea". EL SÍMBOLO DE LA FE El símbolo de Nicea es el que recitamos en las misas; comienza con "Creemos en un sólo Dios" y termina con "Creemos en el Espíritu Santo". Le dedica una parte considerable a Jesucristo, precisando que es Hijo único de Dios, eterno, Dios, Luz, consustancial al Padre, Hombre, Salvador y al fin del mundo soberano Juez. Al aceptar este símbolo, los Padres conciliares rechazaron de plano el arrianismo. Este concilio es reconocido por la Iglesia como el primer concilio ecuménico, pues aunque fue convocado por el emperador como ocurrirá con los seis concilios ecuménicos siguientes, sin embargo fue aceptado y legitimado por el papa Silvestre que envió a dos legados. Hay que reconocer la ayuda prestada por el emperador facilitando con la posta imperial el traslado de los obispos a Nicea, el discurso inicial en latín del propio emperador y el gran banquete final al que no faltó ningún obispo. Así lo describe Eusebio de Cesarea en su "Vida de Constantino, III, 15-16". FECHA DE PASCUA También en este concilio se estableció una serie de normas disciplinares como la fijación de la fecha de la Pascua, la condena de la usura, la organización de las comunidades de vírgenes, normas para la ordenación sacerdotal y vida en común de los clérigos. Años después el historiador Sócrates (380?-440) nos informa sobre otros datos interesantes del Concilio, como la presen cia en el mismo de un obispo de Tebaida, llamado Pafnucio, al que en la última persecución le habían torturado sacándole un ojo. El emperador, al conocer su pasado, le besó la cuenca vacía del ojo. Muchos obispos defendían que los clérigos casados debían separarse de sus esposas y Pafnucio, levantando su voz, dijo que no había de imponer un yugo tan pesado a los clérigos, que el matrimonio es honorable y que había que respetar la libertad de los clérigos casados. Unánimemente todos los obispos aceptaron su parecer (Sócrates, Historia Eclesiástica,I,11). Este Concilio marcó por su importancia un hito en la Historia de la Iglesia. En la ciudad de Sofía (Bulgaria) y en el museo de su Academia Teológica se conserva un antiquísimo icono que reproduce el concilio de Nicea donde aparecen retratados Arrio y Osio de Córdoba. Autor: Santiago Correa