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Concilio de Trento (I)

Publicado: 14/10/2013: 14529

La finalidad del Concilio fue afirmar la fe de la Iglesia frente a las doctrinas protestantes y la de iniciar una reforma a fondo. Entre 1517 y 1546, Fr. Martín Lutero, al ver la necesidad urgente de una reforma en la Iglesia, intenta realizarla. Pero en lugar de reformar, lo que hizo fue innovar, creando una nueva visión del cristianismo; el Concilio de Trento se ve obligado a precisar el verdadero dogma cristiano, que había sido tergiversado por el célebre fraile agustino. Este Concilio se prolongó durante varios pontificados y se realizó en tres etapas en las que se celebraron 25 sesiones. Su finalidad fue la de afirmar la fe de la Iglesia frente a las doctrinas protestantes y la de iniciar una reforma a fondo en la misma Iglesia.

El papa León X, en 1520 publicó la bula "Exurge Domine" en la que condenó los escritos luteranos y exigió a Lutero la retractación de sus ideas en un plazo de 60 días bajo pena de excomunión. Lutero quemó públicamente la bula. En 1521, por la bula "Decet Romanum Pontificem", el papa excomulga a Lutero y seguidores. Lutero creó una doctrina nueva, un cristianismo diferente. No fue una vuelta al cristianismo primitivo, sino un modo nuevo de entender el dogma, la moral y el concepto de la Iglesia.

Para Lutero, el hombre está esencialmente corrompido por el pecado original. Peca incluso cuando hace el bien. Carece de libertad. La única justificación posible viene de Dios. La sola fe, salva. Es innecesaria la cooperación humana. Defiende la interpretación personal y privada de la Biblia, sin necesidad de recurrir a la Tradición o al Magisterio de la Iglesia (libre examen). Niega la Tradición como fuente de revelación.

Sostiene Lutero que la Iglesia es una comunidad de fieles espiritual e invisible. En ella todos los miembros son iguales. Niega el sacerdocio ministerial, pues todos los cristianos son sacerdotes. Sin embargo es necesario el oficio de "pastores" designados por la comunidad.

Los sacramentos quedan reducidos a dos: el bautismo y la Santa Cena. Su eficacia proviene únicamente de la fe y están destinados a suscitar la fe. De aquí la gran importancia de la proclamación de la Palabra y el escaso valor de los ritos. Niega la transubstanciación eucarística y la presencia permanente de Cristo en la Eucaristía, aunque admite la presencia real durante la celebración de la Santa Misa, a la que niega valor sacrificial.

La confusión creada por la doctrina luterana fue muy grave en Centroeuropa. El emperador Carlos V, ante el fracaso de las "Dietas" de Worms, Nüremberg, Spira, Augsburgo y de los "Coloquios" en Hagenau y Ratisbona organizados para la conciliación de católicos y protestantes, pide al papa Clemente VII la celebración de un concilio.

Clemente VII, influido por el monarca francés Francisco I, rival del emperador, no acepta la convocatoria de un concilio. Tiene miedo a una posible vuelta del conciliarismo.

Su sucesor Paulo III se decide a convocarlo. Comienza nombrando un buen número de excelentes cardenales. Señala como sede conciliar la ciudad de Mantua, luego es designada Vicenza y finalmente la ciudad imperial de Trento y como fecha de comienzo el 1 de noviembre de 1542. Pero la guerra entre Carlos V y Francisco I hace fracasar el intento.

Firmada la paz de Crépy (1544) desaparecen los obstá- culos políticos y el papa publica la bula "Laetare Ierusalem" que establece el comienzo del Concilio para marco de 1545. Pero debido al escaso número de prelados y padres conciliares, se retrasa la apertura a diciembre del mismo año.

Autor: Santiago Correa, sacerdote

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