NoticiaPastoral penitenciaria Benito Cachinero: «Gracias al voluntariado de prisiones, he pasado de ser católico por inercia a ser rotundamente creyente» Publicado: 05/11/2024: 83 Testimonio Testimonio de un voluntario de Pastoral Penitenciaria de Málaga, Benito Cachinero Lucena es hermano de la Hermandad de la Virgen de la Cabeza. Sintió la llamada tras sufrir un episodio cardiovascular grave y peregrinar, en agradecimiento por su recuperación, el Santuario de la Virgen de la Cabeza en Andújar. Mi nombre es Benito Cachinero Lucena, y formo parte del equipo de voluntarias y voluntarios que cada sábado acude con alegría al Centro Penitenciario Málaga-1, de Alhaurín de la Torre. Quiero contaros, por si a alguien le puede ayudar, cómo ha sido mi camino para llegar hasta aquí. Tendría que retroceder en el tiempo hasta el año 2009, en el que sufrí un episodio cardiovascular importante, del que afortunadamente salí. Cuando esto te pasa, todo cambia, sobre todo tu forma de ver las cosas. En esos días, sentí la necesidad de dar gracias y me dispuse, acompañado de mi esposa, Flori, a realizar una peregrinación, andando desde nuestra casa, en Alhaurín de la Torre, hasta Andújar, al Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza. Fue allí, a sus plantas, donde tomé la decisión de dejarme conducir hacia Jesús, siempre de Su mano e intentando seguir Su ejemplo, aunque cada vez estoy más convencido de que no fui yo el que tomó esa determinación. A la salida del Santuario, dando una vuelta mientras esperábamos que vinieran a recogernos, vimos “por casualidad” la Casa que la Hermandad de la Virgen de la Cabeza malagueña tiene en el Cerro de la Cabeza, de la que desde aquel momento y hasta ahora formamos parte. La Hermandad, tiene su sede canónica en la parroquia de Jesús Obrero, en el barrio de la Palma, que los cofrades malagueños conocen como la parroquia de la Virgen de la Cabeza ,y donde también tiene su sede la comunidad Trinitaria de Málaga, siendo director espiritual de nuestra hermandad el Padre Pedro Fernández Alejo, delegado de la Pastoral Penitenciaria de nuestra Diócesis. Conocí por primera vez esta Pastoral Penitenciaria en unas jornadas que, con mucho acierto, se organizaron en nuestra parroquia. En ellas, todos los grupos que allí trabajamos pudimos saber, de primera mano, lo que cada uno hace por los demás. Este grupo de personas, de las que ahora formo parte, supieron transmitirme con su testimonio lo que es una Iglesia en salida, estar al lado de los marginados, de los que nadie quiere, de los que necesitan que se les crea y se esté a su lado, para caminar hacia una segunda oportunidad en la vida. Quisiera tener la capacidad de trasmitiros lo que ha significado para mí este camino que actualmente realizo, un camino de conversión. En el que siento que estoy pasando, de ser “católico”, por inercia o costumbre, a sentirme rotundamente creyente, y todo gracias a lo que vivo con mi Hermandad y cada sábado en la cárcel, y sintiendo el apoyo espiritual y personal de este ejemplar grupo de hermanos que me acompaña. Os animo a que dejéis que Jesús guíe vuestros pasos y a que no tengáis miedo de hacer lo que Él os pida. Espero que con la ayuda de nuestra Bendita Madre así lo hagáis. Benito Cachinero Lucena, voluntario de Pastoral Penitenciaria