Más de 400 personas se unieron a esta oportunidad de convivir y compartir la fe que comenzó con un pequeño tour por la Catedral guiados por el personal de la misma. A las 12 de mediodía celebraron la Eucaristía, presidida por el Sr. Obispo y concelebrada por el obispo emérito de Pamplona, Francisco Pérez y los sacerdotes del arciprestazgo.

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En la monición de entrada, se dirigían al Sr. Obispo con las siguientes palabras:

«Hoy venimos a visitarle a su casa, D. Jesús. Bueno, a la casa del Padre y, por tanto, creemos que también a la nuestra. Por este recibimiento, le damos las gracias por su acogida este 17 de febrero. En este día de convivencia, de compartir unas parroquias con otras, y de poder acercarnos un poco más a nuestro Pastor, le queremos pedir su oración y su bendición. Este arciprestazgo también reza por usted, y por sus próximas visitas a nuestras parroquias. Hoy, además celebraremos con usted, el centro y lo más importante de nuestra fe, la Eucaristía».

En su homilía, D. Jesús subrayó «la importancia de la sinodalidad y de sentirnos Iglesia que camina unida», afirma el arcipreste, Manuel Jiménez. 

Tras la celebración litúrgica, le hicieron entrega al Sr. Obispo de un cuadro con la foto de todas las fachadas de las parroquias del arciprestazgo y D. Jesús «recordó a los feligreses el cariño que deben tenerle a sus sacerdotes, así como la necesidad de orar por las vocaciones sacerdotales», añade. 

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La jornada continuó en Casa Diocesana donde almorzaron y compartieron un tiempo de convivencia juntos. «Ha sido una jornada festiva de convivencia de todo el arciprestazgo que nos ha ayudado a unir los lazos entre los distintos miembros de las parroquias y a tener muy presente la unión de todas ellas con su pastor, el Obispo», concluye Manuel Jiménez. 

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