NoticiaEl santo de la semana Santa Maravillas de Jesús, la felicidad de ser carmelita Madre Maravillas de Jesús Publicado: 11/12/2020: 14350 La santa que celebramos este 11 de diciembre lleva el nombre de la advocación mariana de Nuestra Señora de las Maravillas, patrona de Cehegín (Murcia), de donde era oriunda su madre. Su padre era el entonces embajador español ante la Santa Sede, el marqués Luis Pidal. Una familia de hondas raíces católicas que le transmitió los pilares de la fe. Tanto fue así que, a los 5 años, Maravillas ya tenía claro que quería ser religiosa. La lectura asidua de san Juan de la Cruz y santa Teresa de Jesús le hizo optar por el Carmelo teresiano. En el Cerro de los Ángeles, centro geográfico de España, se había levantado un monumento al Sagrado Corazón de Jesús y se había consagrado a Él el país el 30 de mayo de 1919. Ella siente entonces la llamada a fundar un carmelo al pie de dicho monumento. En junio de 1926 fue nombrada priora del convento que se inauguró unos meses más tarde. Durante la persecución religiosa en España, ella y sus monjas fueron expulsadas del Cerro y tuvieron que instalarse clandestinamente en un piso en Madrid y, de ahí, a un antiguo convento abandonado en Batuecas (Salamanca). Al finalizar la guerra, volvió al convento del Cerro que había sido destruido. En medio de la escasez extrema, Maravillas de Jesús siempre encontraba motivos para contagiar su alegría. Fundó muchos conventos y puso en marcha una ingente labor social, construyendo barriadas para familias que vivían en chabolas. A lo largo de su vida, son infinitas las veces que escribe o habla sobre la «felicidad de ser carmelita». Montemar: Un testimonio de fe en la Costa del Sol De entre los conventos que fundó santa Maravillas de Jesús, para nuestra diócesis tiene especial importancia el de Montemar, en Torremolinos. La fundación de este convento carmelita no terminaba de convencerla en un primer momento pero, al decirle un jesuita que sería un testimonio de fe en pleno “boom” de la Costa del Sol, el Señor le dio luz e inmediatamente comenzó a trabajar para que se realizase. A pesar de su edad y falta de salud, viajó a Torremolinos cinco veces para tratarlo con el Cardenal Herrera Oria y Doña Carlota Alessandri, su promotora. A esta fundación se refirió la santa con las siguientes palabras: «Montemar está para alabar a Dios. Yo espero que esta fundación va a darle mucha gloria, y esto basta para estar encantadas de ofrecerle todo a nuestro Rey del alma».