«En total somos once los miembros de la familia los que hemos compartido esta experiencia tan maravillosa, que es pisar la tierra donde estuvo Nuestro Señor Jesucristo. También ha sido fantástico conocer Málaga, de donde vienen los misioneros que vinieron a evangelizar y a llevar la palabra a nuestra tierra».

Sandra, que trabaja como comerciante en Caicara del Orinoco, está muy ligada a la vida de la Iglesia. Forma parte de un grupo catequista juvenil en su parroquia, Virgen del Valle. Sandra, con la emoción reflejada en el rostro, asegura que a la vuelta a su lugar de origen llevará un mensaje de esperanza a todos sus vecinos. «Compartiré con ellos la experiencia de esta peregrinación. Sobre todo les diré que conserven la esperanza, que cuando uno deposita su confianza en el Señor siempre tenemos esa luz al final. No hay que desfallecer, no hay que tirar la toalla, sino seguir adelante y apoyarnos mutuamente. En la unión es donde está el poder salir de las dificultades».