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Fiesta eucarística en honor del beato Manuel González

Publicado: 16/10/2016: 21098

Los malagueños trasladados a Roma para vivir la canonización del beato Manuel González han celebrado una vigilia de oración en la basílica de Sant'Andrea della Valle.

Los actos con motivo de la canonización del beato Manuel González han dado comienzo en la tarde de este sábado en la basílica Sant’Andrea della Valle. El templo, del siglo XVII, ha acogido la vigilia eucarística que ha servido de víspera a la fecha solemne en que será canonizado el que fuera obispo de Málaga de 1916 a 1935.

Bajo la atenta mirada de los frescos que ilustran el ábside,  obra de Domenichino, y que muestran tres momentos del martirio y sepultura del apóstol San Andrés, los más de 1200 fieles congregados han orado ante el Santísimo que fue centro de la vida y la espiritualidad del beato.

Málaga ha estado muy presente en la oración. El acto ha comenzado con una acogida preparada por la comunidad de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret de Málaga, que ha consistido en un mimo realizado por las tres religiosas de menor edad y varias jóvenes pertenecientes al grupo joven de las Nazarenas. En palabras de María Elena, una de las religiosas, «el mensaje que queríamos transmitir es la fuerza que tiene la Eucaristía para transformar a las personas. Empezábamos por actitudes negativas, representadas en carteles, y la persona que protagonizaba la danza, representaba como oraba con nosotros ante la Eucaristía, recibía la fuerza de ella y con su testimonio de vida, nos iba transmitiendo que Jesús estaba vivo y nos invitaba a la fuente, terminando en una explosión de júbilo a modo de danza». Para María Elena la experiencia ha sido un auténtico gozo, como reconocía al decir que para ella «es un regalo estar aquí».

Tras la representación, se ha ido dando la bienvenida y presentando a los fieles que venían desde las naciones en las que se encuentra representada la Unión Eucarística Reparadora, obra del beato Manuel González (España, Portugal, Italia, Cuba, Argentina, Puerto Rico, Ecuador, Perú, Venezuela, México y Bélgica), cuyos representantes, vestidos con los trajes típicos de cada país, se han acercado al altar portando sus respectivas banderas, que colocaban a los pies del mismo. A continuación, se ha entronizado un cuadro del beato Manuel González, y se ha terminado con el rezo de vísperas, presididas por el obispo de Huelva, Mons. José Vilaplana, quien en su alocución ha ido recorriendo las diversas etapas de la vida del futuro santo, del que ha dicho que «nos ha dejado una estela de bondad que estamos llamados a seguir. Cuánto nos puede ayudar con su intercesión y ejemplo. Seguro que hoy, delante del sagrario, nos repetiría: ¡Está ahí! Miradlo ¡está ahí! El mismo que dio la vida por nosotros y que, resucitado, dijo :”La paz a vosotros”. El mismo que está en todos los sagrarios del mundo para decirnos: “ven, yo estoy contigo”».

Entre los malagueños, más de un centenar, se encontraban los 27 seminaristas que se forman hoy en su “sueño sacerdotal”, el Seminario Diocesano de Málaga. Allí reciben la formación teológica pero, por encima de todo, el espíritu del próximo santo, la invitación a ser sacerdotes entregados al pueblo, con fuertes raíces en Jesucristo-Eucaristía y que lleven el Evangelio a una sociedad cada vez más alejada de la fe.

Ellos han colaborado como acólitos en la vigilia y han aportado los cantos a esta noche de fiesta eucarística, haciendo resonar en la basílica el canto inspirado en las palabras de Don Manuel “Amar a la Madre Iglesia de balde y con todo lo nuestro”. Uno de ellos explicaba que «ha sido un acto de unión entre hermanos de diferentes culturas para celebrar la memoria de este gran obispo que hizo tanto por los sagrarios abandonados y por los pobres».

Ante el Santísimo, los fieles malagueños se han preparado para acoger el regalo que supone ver a Manuel González inscrito en el libro de los santos.

Ana María Medina

Periodista de la diócesis de Málaga

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