«Por la Puerta Santa de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Melilla hacían su entrada los acólitos con la Cruz Alzada seguidos de los sacerdotes de la ciudad precediendo al Sr. Vicario Episcopal Roberto Rojo acompañado de Monseñor D. Ramón Buxarráix, Obispo Emérito«, explica uno de sus feligreses, Carlos Rubiales, quien añade que «Numerosos fieles llenaban la parroquia para vivir este momento “histórico”, como lo definió el Sr. Vicario, que resaltó en su homilía cómo este año ha sido muy especial para mostrarnos el rostro misericordioso de Dios. Los jóvenes de la parroquia de Sta. María Micaela, el P. Nacho Moneo, Paúl, y religiosas del Colegio del Buen Consejo formaron parte de coro que amenizó con su música la ceremonia. En todo momento, dentro de la sencillez y a la vez solemnidad del acto, se vivió un ambiente de alegría y agradecimiento, refrendado al final con una gran foto de familia de los asistentes baja la atenta mirada protectora de Ntra. Sra. de la Victoria, Patrona Coronada y Alcaldesa Honoraria Perpetua de la Ciudad de Melilla», concluye.

El Vicario Episcopal Roberto Rojo afirma que «a lo largo de todo este Año de la Misericordia han pasado más de 3.000 personas por la Puerta Santa, entre ellos, todos los niños y adultos que se han confirmado, el Colegio del Buen Consejo, grupos de las diferentes parroquias y gente que durante el verano vinieron a Melilla».

A lo largo de este Año de la Misericordia, han vivido varios momentos especiales: en Adviento y Cuaresma, y todos los viernes del año, «han sido momentos fuertes penitenciales», explica el Vicario. Además, se ha hecho colecta extraordinario para el centro de acogida nocturna para personas que viven en la calle "Calor y Café" y otras colectas especiales para Cáritas Interparroquial de Melilla.

«Creo que este Año ha servido para sentir, más de cerca y con más sentimiento, la Misericordia del Padre y, con el ejemplo del Papa Francisco, hacernos algo más misericordiosos», afirma Roberto Rojo, quien explica que «en la Misa de acción de gracias por todo este año, en la que participaron todas las parroquias de Melilla y todas las instituciones religiosas, decía que sentir el Amor de Dios en todos los momentos del día incluso cuando nos equivocamos es para que también nosotros demos de ese amor a los que viven con nosotros, sentir el Amor del Padre es compartirlo».

Roberto Rojo tiene un deseo tras este Año que clausuramos: «que todo esto nos ayude a sentir la Misericordia y hacerla presente entre los que nos necesitan».