Carta enviada por el Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, a los sacerdotes:

Queridos sacerdotes:

En el marco del Jubileo de la Misericordia la iglesia particular de Málaga hemos asumido como tercera Prioridad Pastoral celebrar este tiempo propicio, para vivir con mayor profundidad y agradecimiento la Misericordia divina, mirando nuestro entorno, atendiendo la realidad del mundo del sufrimiento y de la enfermedad y haciéndola más visible, para que todos puedan ver y actuar en consecuencia. 

El Señor Jesús nos anima a cuidar y a visitar a los enfermos, como si lo hiciéramos a Él: «Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis» (Mt 25, 40). La curación de los enfermos manifiesta la presencia del Reino de Dios: «Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven y los cojos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan y los pobres son evangelizados» (Mt 11, 4-5).

El papa Francisco nos exhorta a convertir nuestras comunidades cristianas en oasis de misericordia: “Donde la Iglesia esté presente, allí debe ser evidente la misericordia del Padre. En nuestras parroquias, en las comunidades, en las asociaciones y movimientos, en fin, donde quiera que haya cristianos, cualquiera debía poder encontrar un oasis de misericordia” (Misericordiae vultus, 12). Desea hacer presente la ternura de muchas personas que se encuentran al lado de los enfermos y que son capaces de captar sus necesidades, porque miran con ojos llenos misericordia.

Para responder a esta exhortación, deseamos hacer un GESTO DIOCESANO CON LOS ENFERMOS, que consista en visitarlos y orar por ellos. Todas las parroquias de las Diócesis malacitana nos unimos en el mismo día para realizar este hermoso gesto, que tendrá lugar el día 21 de febrero de 2016.

Para una mejor preparación de este Gesto Diocesano, hacemos algunas sugerencias pastorales:
- Preparar de manera especial la Eucarística del día 21 de febrero de 2016, teniendo como eje fundamental los enfermos de la parroquia y su realidad.
- Procurar que los enfermos participen en dicha la celebración, en la medida de lo posible. Se pide a los equipos parroquiales de pastoral de la salud que se esfuercen en este sentido.
- Hacerse presente, con respeto y delicadeza, en el domicilio de aquellos enfermos, que no puedan participar personalmente en la Eucaristía.
- Visibilizar la presencia de los enfermos en dicha Eucarística, ofreciéndoles un lugar preferencial.
- Mostrar el cariño que la comunidad parroquial tiene con los enfermos, con algún gesto visible, ofreciéndoles un recuerdo, una estampa con la oración, un mensaje, una llamada telefónica.
- Destacar de algún modo la labor de los voluntarios, que se ocupan de los enfermos en la comunidad parroquial.
- Realizar el “Envío de los colaboradores” al final de la Eucaristía.

Pedimos a la Santísima Virgen María, Salud de los enfermos y Madre de Misericordia, que socorra a todos los enfermos aliviándoles en su estado de postración y nos acompañe a todos en nuestro caminar.

+ Jesús Catalá
Obispo de Málaga