Los padres, nunca se oponen, pero siguen pensando que su hijo/a debe recibir la “primera comunión” en una celebración “bonita” durante el mes de mayo porque siempre se ha hecho así. 

Para ayudarle a comprender que sus hijos recibirán los sacramentos “cuando estén preparados” y no cuando llegue el mes de mayo. Todos los sacerdotes y catequistas necesitamos asumir e integrar la propuesta que hace la diócesis en el nuevo proceso de catequesis de infancia sobre los sacramentos.

Sí, necesitamos cambiar el “chip”, reconociendo la unidad “intrínseca” y el orden de los tres sacramentos que inician en la vida cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía. Que por motivos pastorales en otras épocas se han recibidos cambiando su orden (Bautismo, Eucaristía y Confirmación) y se han extendido más en el tiempo. 

Sí, necesitamos ver el “equilibro” que propone el nuevo proceso de catequesis de infancia sobre los sacramentos. Donde los sacramentos son regalos gratuitos de Dios que los niños celebran libre y conscientemente cuando están preparados (no cuando sean perfectos o sean maduros). Que de manera indicativa y aproximada se sugiere celebrarlos: Penitencia y Confirmación segundo ciclo liturgico, y Eucaristía tercer ciclo litúrgico.

Sí, necesitamos convencernos que un niño/a llegado al “uso de razón” puede seguir el proceso de catequesis que propone la Diócesis. Que se debe bautizar antes del uso de razón y que si no está bautizado antes del uso de razón deberá seguir el proceso previsto para adultos, según el Ritual de Iniciación Cristiana para Adultos. 

Resumiendo, como suele ocurrir cuando las cosas cambian, podemos seguir esperando a ver qué pasa o esforzarnos.