DiócesisHomilías Mons. Dorado

Domingo IV de Pascua

Publicado: 20/04/1997: 1003

Domingo IV de Pascua

Año 1997

            Para afirmar que Dios es su Rey, su firmeza y su guía, el Pueblo de la Biblia lo llama su Pastor: “El Señor es mi Pastor, nada me falta”.

            Cristo, por su condición de Hijo de Dios, es el Pastor de su Pueblo.

            I.-  Yo soy el Buen Pastor, dice Jesús en el Evangelio de hoy, y se autodefine con tres rasgos o características:

            1). “El Buen Pastor da la vida por las ovejas”. “Dar la vida por las ovejas” es laidea central que se va repitiendo con insistencia en esta página. Los cristianos de las catacumbas miraban la imagen del Buen  Pastor con el espíritu con que ahora contemplamos un Crucifijo. El Buen Pastor y el Cristo de la Cruz y de la Eucaristía: El que se ha entregado a sí mismo por nuestra salvación en infinita generosidad de vida y de amor. Libremente y por obediencia al Padre, como hijo fiel. Con la divina seguridad de que cuando la muerte se hace sacrificio voluntario, florece en Resurrección: “quien pierde su vida la gana”.

            2). Un segundo rasgo del Buen Pastor queda expresado en estas palabras: “Conozco a mis ovejas y mis ovejas me conocen”; poco antes dice que las conoce a cada una “por su nombre”. “Conocer”, en el vocabulario de San Juan, connota una relación personal, inteligente, afectuosa.

            Es la alegría de una Iglesia que está llamada a ser una comunidad entrañablemente humana y familiar. El que es Buen Pastor pone toda su alma, corazón y providencia en cada una de las personas a Él confiadas.

            3). La alegría del Buen Pastor expresa, en tercer lugar, el anhelo universalista y misionero de Jesús: “Tengo además otras ovejas que no de este redil”. Jesús vino, para unir a todos los hombres en una universal Familia de hermanos, hijos de un mismo Padre que está en el Cielo y en el corazón de cada uno. “Habrá un solo rebaño y un solo Pastor”: éste es el ideal humano y divino que será del todo verdad en el Cielo, y que tenemos que empezar a vivirlo ya desde ahora.

            II. En esta fiesta del Buen Pastor, celebramos la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones a la vida consagrada. Es una jornada para rezar por las vocaciones y para promover la pastoral de las vocaciones al sacerdocio, a la vida consagrada masculina y femenina, a la vida misionera y “contemplativa”, para que cuantos son efectivamente llamados por Dios, descubran el don precioso que el Señor les hace con un trato de especial predilección.

            El Papa, en su mensaje, nos invita a que nos unamos a él y juntos elevemos continuas oraciones en el nombre de Aquel que todo lo puede ante Dios. Él, que es la Palabra Viva del Padre y nuestro Abogado, interceda por nosotros a fin de que la Iglesia obtenga muchas y santas vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada.

+ Antonio Dorado Soto,

Obispo de Málaga

Autor: diocesismalaga.es

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