DiócesisHomilías Mons. Dorado

Santa María, Madre de Dios

Publicado: 01/01/2000: 1078

 SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

1 de enero de 2000

            Convergen en este día la Octava de Navidad, la fiesta del Año Nuevo, la veneración de María, Madre de Dios, y la Jornada de la Paz.

 

            1.- La Primera Lectura actualiza una antigua Bendición de Israel:

 

“El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y conceda su favor; el Señor se fije en ti y te conceda la Paz”.

 

            La palabra Paz connota la síntesis de toda Felicidad. Y por eso la Iglesia la usa en la Liturgia de este día para expresar a todo el mundo su más entrañable Felicitación.

 

            El Papa ha actualizado el contenido de este texto en un Mensaje que aborda con gran hondura algunos de los problemas más graves que tenemos planteados hoy, y nos invita a promover una cultura de la Paz, que es un aspecto fundamental del Año Jubilar que hemos comenzado.

 

 

            2.- El inicio de la Carta a los Gálatas centra nuestra reflexión en el Misterio fundamental del Cristianismo: “El Hijo de Dios se ha hecho hombre”. Éste es el contenido principal de esta Fiesta.

 

            Advierte delicadamente San Pablo que la autenticidad con que Dios se incorpora a la familia humana, requiere la cooperación de una Mujer: su Madre, la Santísima Virgen.

 

           

            3.- Toda la historia y eternidad de María se concentra en el momento en que recibió y aceptó la vocación de ser Madre del Mesías, Hijo de Dios. San Lucas describe esta vocación o experiencia sobrenatural de la Virgen en la página más hermosa de su Evangelio: la Anunciación.

 

            El fragmento del Evangelio que leemos en la Misa evoca dos escenas: la visita de los pastores al Mesías recién nacido y la importancia del Nombre de Jesús.

 

            a). La visita de los pastores tiene por centro una idea: los pastores representan a los pobres y sencillos que reciben el Evangelio con sinceridad de admiración, van al encuentro de Jesús, al que reconocen junto a José y María, les encanta la humildad del Niño reclinado en un pesebre, irradian a los demás su fe y con ella transfiguran la propia vida en gratitud y cántico.

 

 

 

            La visita de los pastores al Niño ofrece una vez más a San Lucas la ocasión de realzar la personalidad de la Madre: “María conservaba todas estas palabras, reflexionando sobre ellas en su corazón”. La interioridad de María contrasta con la frívola superficialidad que está malogrando tantas vidas.

 

            b). La imposición del nombre “Jesús” es el único relieve que destaca el evangelista a propósito del rito y la fiesta en que el Hijo de Dios fue incorporado a la Comunidad de Israel. “Poner el nombre” era ejercicio de autoridad. Y el Nombre, según la Biblia, define a la persona por su vocación, misión y destino. Jesús en hebreo significa “Dios salva”. Dios está con nosotros. Quien tiene a Dios con él no teme porque ha descubierto la vena profunda de la Paz y ha saboreado aquella Felicidad infinita que sólo Jesucristo puede dar.

 

 

            5.- Que “Dios, que por la maternidad virginal de María nos entregó los bienes de la salvación, nos haga experimentar la intercesión de aquella de quien hemos recibido a su Hijo Jesucristo, el autor de la vida”.

 

            Y, como dice el Papa, que la Santísima Virgen “que con su Hijo Jesús y su esposo José peregrinó hacia el templo santo de Dios, proteja el camino de todos los peregrinos en este Año Jubilar. Que interceda con especial intensidad a favor del pueblo cristiano durante los próximos meses, para que obtenga la abundancia de gracia y misericordia, a la vez que se alegre por los dos mil años transcurridos desde el nacimiento de su Salvador”. (IM, 14).

+ Antonio Dorado Soto,

Obispo de Málaga

Autor: Mons. Antonio Dorado Soto

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