DiócesisHomilías Mons. Dorado

II Domingo de Adviento

Publicado: 09/12/2001: 892

 II Domingo de Adviento.

            1.- En este Segundo Domingo de Adviento el Evangelio nos presenta la figura de Juan el Bautista, su actividad en el desierto y una síntesis de su llamada a la conversión ante la venida del Reino de Dios. Su misión de precursor consiste en “preparar el camino del Señor”.

            ¡Viene el Señor! Éste es el gran clamor y el gran mensaje del Adviento que se repite y se repetirá en todos los tonos. Decir que “viene el Reino de Dios” o que “el Reino de Dios está cerca”, significa, en el lenguaje de entonces, que Dios entra en nuestro mundo y que ha de ser el centro de nuestra vida humana ya en la tierra.

            2.- La espiritualidad del tiempo de Adviento está muy bien descrita en la Oración Colecta con la que hemos iniciado la Santa Misa. En ella se nos dicen tres cosas fundamentales:

            Enprimer lugar que nuestra esperanza ha de ser una esperanza activa. Que no se espera a Dios con los brazos cruzados, sino que hay que “preparar el camino del Señor”. Y lo expresa con esta invitación: “Salir animosos al encuentro del Señor”. En la Colecta del Domingo Primero escuchábamos la misma invitación a salir al encuentro del Señor con nuestras manos llenas de buenas obras. Hoy somos invitados a que salgamos “fascinantes”, es decir: corriendo, de prisa, animosos, porque –como decía San Ambrosio--: no tolera perezosidades la gracia del Espíritu Santo. Es el gran objetivo de nuestro Proyecto Pastoral Diocesano:“la contemplación de Jesucristo”; hacerle a él el centro de nuestra vida. Tener la experiencia de un encuentro con el Señor.

            3.- Este salir al encuentro del Señor supone y exige (en segundo lugar) una actitud de conversión, como dice el Bautista: “Convertíos”, dad el fruto que pide la conversión, porque la vida que llevamos no es camino recto para el encuentro con Dios. La Oración Colecta lo expresa con estas palabras: “No permitas que lo impidan los afanes de este mundo”. Como decía el Señor en la parábola del sembrador: “muchos que oyen al Palabra, las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas ahogan la Palabra y queda sin fruto”. El Papa traduce las expresiones de la Primera Lectura de Isaías y su invitación a la conversión, ante la situación de nuestro mundo, invitándonos a “orar y actuar para que el amor prevalezca sobre el odio, la paz sobre la guerra, la verdad sobre la mentira y el perdón sobre la venganza”.

            Y como medios concretos nos dice a los católicos: “que el próximo 14 de diciembre se viva como día de ayuno dedicado a orar con fervor a Dios para que conceda al mundo una paz estable, fundada en la justicia”; y ha manifestado la intención de invitar a los representantes de las religiones del mundo a acudir a Asís el 24 de enero del 2002 para rogar por la superación de las contiendas y por la promoción de la auténtica paz, con una vigilia; nosotros nos uniremos a esa invitación con una vigilia de oración que organizaremos el día 23 de enero en nuestra diócesis. (Cfr. Documento adjunto…)

4.- Por último, en la Oración Colecta pedimos a Jesús que, por este encuentro con Dios y la conversión necesaria, “nos guíe hasta Él con sabiduría divina para que podamos participar plenamente de su vida”.

            Porque en medio de los afanes de este mundo, solamente una guía sabia del Espíritu Santo da el tiento y el aliento necesarios para caminar valientes en la adversidad y humildes en la prosperidad; y nos conceda la posibilidad de participar plenamente de la vid de Jesucristo, que viene no sólo para que vivamos con Él, sino también para que vivamos de Él.

+ Antonio Dorado Soto,

Obispo de Málaga

Autor: Mons. Antonio Dorado Soto

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