NoticiaFamilia «Esta Cruz nos recuerda hoy la separación forzosa y sufriente de tantas familias» Publicado: 29/12/2019: 18951 El domingo de la Octava de Navidad, el 29 de diciembre, la Catedral de Málaga acogió la celebración de la Sagrada Familia, en la que participó la Cruz de Lampedusa, que fue portada, en la procesión de entrada, por una familia inmigrante que vive en Málaga desde hace 15 años, y los responsables de Pastoral Familiar y de Migraciones. Familias de toda la diócesis se reunieron en el primer templo malagueño para celebrar la fiesta cuyo lema ha sido este año “Familia, escuela y camino de santidad”, siguiendo la exhortación postsinodal Amoris laetitia, que «nos anima a vivir la alegría del amor conyugal y familiar como fuente de renovación de la sociedad y de nuestras vidas», en palabras de los delegados de Pastoral Familiar, Ismael Herruzo y Toñi Delgado. La Cruz de Lampedusa encabezó la procesión de entrada: «Una cruz construida con restos de pateras naufragadas en aquella costa, y que el papa Francisco pidió que se llevara por todas partes para concienciar a las comunidades católicas y a la población en general. Hoy está aquí, en la Catedral de Málaga, en esta Jornada de la Sagrada Familia. Para recordarnos el drama de las migraciones, la separación forzosa y sufriente de tantas familias y la muerte de tantos refugiados», manifestó un matrimonio en la monición de entrada. Durante la celebración, que estuvo presidida por el consiliario de Pastoral Familiar, el sacerdote Javier Guerrero, un grupo de matrimonios renovó sus promesas matrimoniales respondiendo a una sencillas preguntas formuladas por el consiliario: ¿Queréis seguir viviendo en el amor que Dios os ha demostrado, y compartirlo con las personas que Él ha puesto a vuestro lado? ¿Queréis seguir viviendo vuestro compromiso en la Iglesia de Jesucristo, siguiendo en toda ocasión su Evangelio y la enseñanza de la Iglesia? ¿Queréis, con la ayuda de Dios, de vuestros hijos, familiares y amigos, seguir guardándoos fidelidad y estar vuestro esposo o vuestra esposa en los momentos malos y buenos, en los momentos de crisis y en los días de alegría, en la enfermedad y en la salud? En su homilía, Javier Guerrero animó a las familias a ser escuela y camino de santidad y recordó, de forma especial a las miles de familias que se ven amenazadas en todo el mundo, de forma especial a las inmigrantes. En la oración de los fieles, los participantes elevaron su oración al Padre por toda la Iglesia, por todos los hogares del mundo, por los matrimonios y familias que atraviesan duras pruebas, por los novios que se preparan para el matrimonio, por los enfermos, los ancianos, los que sufren y padecen injusticias, por los familiares difuntos, y por todos los migrantes y refugiados, para que «con nuestra atención hacia ellos, promovamos un mundo en el que nadie se vea forzado a dejar su propia casa y todos puedan vivir en libertad, dignidad y paz. Ayúdanos a compartir con ellos las bendiciones que hemos recibido de tus manos y a reconocer que juntos, como una única familia humana, somos todos emigrantes, viajeros de esperanza hacia ti, nuestra verdadera casa». La celebración, cuyos cantos corrieron a cargo del coro de la parroquia de San Miguel (Málaga), concluyó con la oración del papa Francisco ante la Cruz de Lampedusa y la adoración al Niño Jesús.