NoticiaCoronavirus En verano, templos abiertos y con todas las garantías Confesión en la parroquia de San Ramón Nonato en tiempos de pandemia Publicado: 09/07/2020: 21613 La prudencia obligada en el verano del coronavirus no es obstáculo para la práctica religiosa de malagueños y visitantes Las personas que visitan Málaga en vacaciones quieren seguir cultivando la fe. La amenaza del Covid-19 ha provocado cambios en algunas de las prácticas de fe habituales, pero no impide que los católicos vivan sus creencias en una Iglesia que se ha puesto al día en seguridad. Una de los clásicos del verano en la vida de un creyente son los retiros espirituales. La Casa Diocesana o Villa Nazaret son solo algunos de los lugares especializados en su desarrollo en Málaga. Estos meses potencian su oferta así como el cuidado por la salud de las personas que acuden. «Vienen concienciadas, y estamos preparados para ofrecer distintos espacios donde rezar y acercarse al Señor, cumpliendo todas las medidas necesarias», afirma María Soledad, religiosa nazarena coordinadora de Villa Nazaret. No es tampoco extraño que muchas personas aprovechen los meses de verano para acercarse al sacramento del perdón. Los sacerdotes de las zonas turísticas así lo experimentan y buscan favorecer la confidencialidad necesaria pero con mascarillas, buscando espacios amplios que permitan mantener la distancia. La celebración de la Misa sigue también marcada por las medidas de seguridad establecidas por la autoridad sanitaria hasta que haya una solución médica a la enfermedad. Así, en los templos de la diócesis se evitan las aglomeraciones, se asegura la distancia de seguridad, se suprime el contacto en el momento de la paz, la colecta durante el ofertorio, el agua bendita, los besamanos, el diálogo en el momento de la comunión y cualquier potencial vehículo del virus (hojas de cantos, objetos, papeles…). Aunque se ha restablecido ya la participación en la Eucaristía dominical, los enfermos e impedidos por causa grave están dispensados por la ley universal, recomendándoles la lectura de las Sagradas Escrituras y la oración en sus casas, así como seguir la Misa por los medios de comunicación. A nivel local, es retransmitida por Canal Málaga los domingos a las 12.00 horas desde la Catedral y por 7TV los domingos a las 11.00 horas desde Santiago Apóstol. TURISMO RELIGIOSO Precisamente esta parroquia es una de las que mayor afluencia de turistas recibe cada año, al tratarse de un templo histórico, incluido en la ruta picassiana, donde además de disfrutar de la rica yesería de sus bóvedas, obra de Felipe de Unzurrunzaga en el siglo XVIII, se puede admirar la pila bautismal de Pablo Picasso e imágenes devocionales de varias hermandades. A causa del Covid-19, el templo abrió al turismo al levantarse el estado de alarma, y va recibiendo tímidamente a los primeros turistas, la mayoría nacionales. «Vienen poco a poco -afirma el párroco, Miguel Ángel Gamero-. La iglesia está abierta para la visita de 9.30 a 13.00 horas todos los días, aunque se solicita que no entren cuando se estén celebrando los cultos. Para una mayor seguridad hemos diferenciado la salida y la entrada, implementado la cartelería, ofrecemos gel hidroalcohólico en la puerta y se exige el uso de mascarillas». El propio sacerdote, junto a la sacristana y varios voluntarios hacen turnos para que todo se desarrolle con normalidad. «La visita es gratuita, y estamos muy agradecidos de que vengan a visitar el templo y conocerlo», añade Gamero. Desde que se adquirió una cierta normalidad, este párroco ha advertido un aumento exponencial del aceite donado en la capilla de las ánimas, un 40% más de lo habitual, «quizás para compensar el tiempo el confinamiento», explica. Ese aceite, unos 120 litros al día de media en la actualidad, se dona a centros de asistencia social. Aunque si hay un templo en Málaga que copa la atención turística es la Catedral. Después de tres meses cerrada al turismo, ha reabierto a principios de julio para reencontrarse con los visitantes, que como Carmen y Juan Manuel, han aprovechado la cancelación de los sanfermines, en su tierra natal, para visitar la ciudad. «Siempre que hacemos turismo acudimos a las catedrales y otros monumentos, y por la tarde ya vamos a la playa», cuentan. Aquí se han topado con medidas de seguridad estrictas (toma de temperatura al entrar, puestos de higiene de manos y pies, reconducción de flujo de visitantes, aforo limitado o la guía del monumento a través de un código QR en el móvil, lo que no les ha supuesto ningún problema. «Ya es así en todos sitios, hasta en un bar, así que perfecto. Y la vamos escuchando tranquilamente sin necesidad de usar gafas para leer», explican. «Solo nos queda acostumbrarnos y esperar que todo esto pase pronto», añaden. La Catedral recomienda la compra de entradas a través de su web para evitar colas y esperas, y va a activar “ticket points” para reducir al máximo el contacto con el dinero físico. El horario de visita es de 10.00 a 18.00 horas (siendo el último acceso a las 17.20 horas). También se retoma el acceso a las cubiertas, muy demandado. El aforo de esta visita ahora es de 25 personas, pero se mantiene el mismo número de subidas, establecidas a las 11.00, 12.00, 13.00 y 17.00 horas (ampliable a las 18.00 horas si la demanda lo exige) y sábado y domingo, añadiendo la de las 18.00 horas.