Para Escobar, esta experiencia ha sido muy emocionant: «Empezamos a abrir la puerta del fondo del santuario de 10 a 2 de la tarde, pero pidieron muchísimas personas que salían a pasear que se prolongara, así que estamos abirendo ininterrumpidamente desde las 10 de la mañana hasta las 9 de la noche y, a veces, cuando vamos a cerrar a las 9 de la noche, da tristeza porque aún hay personas que están en la reja rezando. Ha sido un ir y venir, poner velas, flores... Ha sido muy bien acogido por este barrio».

En cuanto a la reapertura cuando entre en vigor la fase 1 de la desescalada, ha explicado que « no vamos a abrir el templo ahora mismo en este mes de mayo como un mes de mayo cualquiera para que puedan las personas entrar a ver a la Virgen, ni turísticamente, ni tampoco subir al camarín, porque eso sería un peligro, un ir y venir constante de las escaleras. No hay medidas de seguridad para ello. Entonces, lo que vamos a hacer es abrir las eucaristías y, después, desinfectar todo con las medidas que tenemos que utilizar al tratarse de un monumento artístico. Varias personas desinfectarán los bancos y usaremos un cañón de ozono, de tal manera que cuando abramos por la tarde, la Iglesia esté desinfectada convenientemente».

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