NoticiaCoronavirus MARÍA ROSA GRANA. La convivencia en la desescalada: el círculo de la verdad Mª Rosa Grana, psicóloga Publicado: 07/05/2020: 21125 Mª Rosa Grana Mª Rosa Grana es psicóloga y ofrece diversas pistas para la convivencia familiar, en esta nueva etapa de confinamiento y desescalada. Llevamos ya muchos días de confinamiento en casa. En ocasiones pueden surgir emociones o situaciones que nos cuestan gestionar. Por ello es importante tener en cuenta una serie de pistas que nos ayuden a reconocerlas y reducir el impacto que tienen en nuestras vidas. Uno de los sentimientos que pueden surgir con frecuencia es el aburrimiento. Antes no parábamos, clases, amigos… Vamos a aprender a estar juntos en casa y desarrollar nuestra creatividad, es el momento de hacer manualidades, cocinar, mirar fotos, recuerdos, … que les hagan sentirse importantes y protagonistas, que sepan lo mucho que les queremos. También podemos sentirnos irritables, en el fondo estamos cansados de la situación y lo manifestamos así. Debemos hablarlo para calmarnos y buscar otra forma de expresarlo que no moleste a los que nos rodean. A veces surge el miedo, puede ser producto de la sobreinformación, vamos a ver las noticias sólo una vez al día y a llenar nuestra jornada con actividades que mantengan nuestra mente distraída (trabajo, ejercicio, estudio…). Si nuestro hijo tiene miedo, vamos a hablar con él o ella de lo que le preocupa y tranquilizarle. La convivencia puede generar enfado. Tratemos de mantener la calma, si algún tema de discusión os estaÌ alterando en exceso, podéis aplazar la conversación a otro momento en el que podáis hablar de lo ocurrido con más tranquilidad. Una buena técnica para contribuir a la armonía familiar puede ser el círculo de la verdad, elegid un momento tranquilo en el que podáis estar toda la familia, por ejemplo, la cena. Decidles que vais a hacer una reunión para intentar deciros todo lo que os gusta y os molesta de cada uno. Empezad por las cosas que os gustan de cada uno y que no soléis reconocer en alto. Después deciros las pequeñas cosas que os molestan. Si hablamos todo esto con tranquilidad, seguramente podamos sentirnos seguros y en confianza y expresar sentimientos importantes. Recordad que exprese lo que exprese el otro, no hay que juzgar ni criticar. Es el momento de comprenderse y llegar a acuerdos.