Le daban a conocer el lugar donde viven y le pedían su bendición para todo el barrio y "un gesto" para dar a conocer esta zona de Málaga, con más de 30.000 vecinos viviendo muy humildemente, y así "sacarlos de la invisibilidad". Y el Papa respondió.

La carta, escrita por la comunidad de fieles de la parroquia de San Pio X y Jesús Obrero, fue entregada al Papa directamente en audiencia, aprovechando la presencia del vicario parroquial Antonio Jiménez, religioso trinitario, en el Capítulo General de la Orden celebrado en Roma. En ella se habla al Papa de este barrio de las periferias de Málaga, «donde la Iglesia es el primer colectivo que se acerca a los más desatendidos, a los marginados, excluidos, pobres…pero sin embrago los favoritos de Jesús (…). Nuestra parroquia trabaja con el resto del vecindario en la transformación de nuestro barrio, pero parece que somos invisibles, parece que las gentes de estos barrios no existen; por mucho que hagamos, no se nos ve…”

Carlos Torres, miembro de la comunidad parroquial y coordinador de catequesis, explica que Francisco en persona entregó varios rosarios para que llegasen a Málaga en respuesta a esta petición. El Papa envió tres: dos rosarios sencillos a título particular y uno con su escudo para la Virgen del Carmen, una imagen muy venerada, obra de Juan Vega, y costeada céntimo a céntimo por los vecinos. El regalo ha sido puesto en sus manos para procesionar con ella por el barrio en la tarde del día de su fiesta, el 16 de julio, tras la Misa de 18.00 horas en San Pio X.