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El "Atrio de los Gentiles", por Benedicto XVI

Publicado: 26/02/2014: 6085

Cuando en la vigilia de Navidad de 2009 Benedicto XVI lanzó la idea del "Atrio de los gentiles", dijo inmediatamente cuál era su finalidad: mantener despierta la búsqueda de Dios entre agnósticos y ateos, como "primer paso" hacia su evangelización.

Benedicto XVI insistió en la necesidad de «de hablar de Dios a quien está alejado, despertando las preguntas que acercan a Él al menos como Desconocido». Inspirado en el tema principal del "Atrio de los gentiles" portugués de 2012: "la aspiración común de afirmar el valor de la vida humana" argumentó que «la vida de toda persona, más si es amada, no puede dejar de "llamar en causa a Dios".» Prosiguió: El valor de la vida se convierte en evidente sólo si Dios existe. Por esto, sería bello si los no creyentes quisieran vivir "como si Dios existiera». 

Aunque no tengan la fuerza para creer, deberían vivir en base a esta hipótesis: en caso contrario, el mundo no funciona. Hay tantos problemas que deben ser resueltos, pero que no lo serán nunca del todo si no se pone Dios en el centro, si Dios no se convierte, de nuevo, en visible en el mundo y determinante en nuestra vida». 

En la conclusión, Benedicto XVI citó una línea del mensaje dirigido por el concilio Vaticano II a los pensadores y científicos: «Felices los que, poseyendo la verdad, la buscan más todavía a fin de renovarla, profundizar en ella y ofrecerla a los demás». Y añadió: «Estos son el espíritu y la razón de ser del "Atrio de los gentiles"». 

Así habló el papa emérito de Benedicto XVI, en Portugal en noviembre de 2012 a los «creyentes y no creyentes que se reunieron alrededor de la inspiración común de afirmar el valor de la vida humana en vista de la creciente oleada de la cultura de la muerte». En realidad, la conciencia de la sacralidad de la vida que nos ha sido confiada, no como algo de lo cual se puede disponer libremente, sino como un don que hay que custodiar fielmente, pertenece a la herencia moral de la humanidad. 

«Todo hombre abierto sinceramente a la verdad y al bien, aun entre dificultades e incertidumbres, con la luz de la razón y no sin el influjo secreto de la gracia, puede llegar a descubrir en la ley natural escrita en su corazón (cf. Rm 2, 14-15) el valor sagrado de la vida humana desde su inicio hasta su término» (Encíclica "Evangelium vitae", n. 2). No somos un producto casual de la evolución, sino que cada uno de nosotros es fruto de un pensamiento de Dios: somos amados por Él». 

Finaliza el mensaje diciendo «Amigos míos, desearía concluir con estas palabras del concilio Vaticano II a los pensadores y científicos: «Felices los que, poseyendo la verdad, la buscan más todavía a fin de renovarla, profundizar en ella y ofrecerla a los demás» (Mensaje, 8 de diciembre de 1965). Estos son el espíritu y la razón de ser del "Atrio de los gentiles".

Autor: Beatriz Lafuente @beatrizlfuente

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