El Ritual de la Sagrada Comunión y del Culto a la Eucaristía fuera de la Misa, en sus números 13 y 14, dice que la forma más perfecta de participación en la Misa es la comunión dentro de ella, pero los sacerdotes no pueden negar la comunión fuera de la Misa si está justificado: «La más perfecta participación de la celebración eucarística es la comunión sacramental recibida dentro de la Misa. (…) Hay que inducir a los fieles a que comulguen en la misma celebración eucarística. Pero los sacerdotes no rehúsen administrar, incluso fuera de la Misa, la sagrada comunión a los fieles, cuando lo piden por causa justa”.