NoticiaHistoria El archivo de la Catedral de Málaga es la mejor memoria de la ciudad desde el siglo XV Publicado: 30/04/2019: 8482 El 9 de junio se celebra el Día Internacional de los Archivos, una fecha que pretende poner en valor estas instituciones al servicio de la investigación y la cultura. Con este motivo, la técnico del archivo de la Catedral de Málaga, Susana Rodríguez de Tembleque, habla de su último libro “Un barrio malagueño: El Perchel en la edad moderna y contemporánea” y que ya se puede adquirir en las librerías. El archivo de la Catedral de Málaga es la mejor memoria de la ciudad desde el siglo XV, ya que cuenta con 1500 legajos entre 1439 y 1935; 140 libros corales (s. XV-XIX); 77 libros de Actas Capitulares (1496-1909); 20 minutarios de cartas del Cabildo (1681-1887); 258 libros de punto (1602-1978) y una Biblioteca Capitular con más de 5000 volúmenes y 60 títulos de revistas. Y una de las personas que mejor lo conoce es Susana Rodríguez de Tembleque, premio Málaga de Investigación, ejemplo de ello, es la última obra que ha publicado. Desde su origen, afirma esta investigadora, «el Perchel ha sido el barrio más castigado de Málaga. En su historia no faltan ataques de piratas berberiscos, terremotos, riadas, epidemias e incluso planes municipales que partieron el barrio, destruyendo sus casas y sus calles». Esta obra narra cómo el germen de este barrio fue sacar de la ciudad y llevar al otro lado del río «las profesiones “pestilentes”. A saber: el matadero municipal, las curtidurías, así como la industria de la anchoa y el secado de pescado en los percheles, lo que dio nombre al barrio. Por lo que, desde su origen, la población que allí residía eran los trabajadores que desempeñaban estas profesiones junto a sus familias». Uno de los momentos más dramáticos que rescata Rodríguez de Tembleque fue «el terremoto de 1680 cuando, tras años de sufrir hambrunas y la peste, se produjo el mayor movimiento sísmico que se recuerda en la zona, donde los que no quedaron sepultados por sus propias casas, huyeron a la playa “temiendo -como recogen las fuentes- que hubiera llegado el día del juicio universal. Iban llorando y pidiendo a gritos socorro espiritual” que obtenían de los carmelitas descalzos, cuyo convento había sido derruido, e iban confesando a la gente por las calles y la arena de las playas». UN OBISPO A NADO Otro acontecimiento que llama la atención fue cuando «fray Alonso de Santo Tomás, entonces prior del convento de Santo Domingo, llegó a nado, junto a sus compañeros, desde el convento de los dominicos hasta el de San Andrés, cuando se desbordó el río Guadalmedina en 1661. Inundación que destruyó más de 1.600 casas y se cobró la vida de centenares de vecinos, además de dejar incomunicado al barrio durante varios años, ya que la crecida también destruyó el puente. Un puente que fray Alonso promovió que se reconstruyera cuando fue obispo de Málaga entre 1664 y 1691». Como puede apreciarse en estos dos trágicos acontecimientos, el barrio del Perchel «contó desde su origen con ayuda espiritual. Fue el rey Carlos I el que concedió su permiso a la cofradía de San Telmo, patrón de los marineros, para construir el convento de Santo Domingo». En cuanto a cofradías, en la época se tiene constancia de la del Rosario y la de Jesús Nazareno; y respecto a ordenes religiosas, a las ya mencionadas carmelitas descalzos y dominicos, vinieron a sumarse miembros de la familia vicenciana y «los jesuitas, enviados por Lorenzo Armengual de la Mota, que fuera obispo de Cádiz y que nunca olvidó el barrió donde nació: el Perchel». El libro continúa con la posterior industrialización, donde el Pechel brilló con luz propia hasta un nuevo golpe con la crisis de la industria. Pero, como dice la autora, el Perchel seguirá levantándose, como lo ha hecho a lo largo de toda su historia».