Los menores han rezado, jugado, teatralizado, inventado, refrescado, hecho nuevas amistades y sobre todo, han dedicado tiempo a encontrarse con Dios en la naturaleza y en el resto de hermanos con los que convivían.  Para llevar a cabo estos campamentos han sido necesarias muchas manos:

Misioneros de la Esperanza y también simpatizantes que siempre están ahí, perdiendo su tiempo en echar una mano para que esta locura a ojos del mundo funcione año a año, cada  vez con mayor detallismo y con nuevos retos…

CAMPAMENTOS MIES

Una de las características de los campamento MIES es que los niños y muchachos siempre están acompañados por su responsable de cabaña que dedica a tiempo completo su tiempo a ellos: grupos de unos siete u ocho niños con los que comparten vida, experiencias, dudas, reflexiones, ideas, momentos de alegría, de oración, de diversión, de esfuerzo, de sacrificio (los niños colaboran en la limpieza del campamento por turnos, por ejemplo), de descanso, de amistad….

Otra característica de estos campamentos es que todos los responsables van no solo de balde sino que pagan lo mismo que los niños para asistir al campamento….y no solo los de cabaña: cocina, actividades, sanitario, mantenimiento, sacerdote (siempre hay un sacerdote en cada turno, hay misas diarias y acto penitencial), responsable de liturgia, administrador….todos hacen su pago por igual. Lo cual facilita el pago de los menores con menos recursos.

A estos campamentos asisten niños y jóvenes de los centros MIES infantiles y juveniles de diferentes parroquias de nuestra diócesis y de algunas otras de fuera: Madrid, Badajoz y Jaén. Los niños durante todo el año asisten constantemente cada semana a diferentes actividades de carácter lúdico, deportivas y sobre todo religiosas con las que van madurando en su fe y la comparten con su grupo de la misma edad.  Por último, estos campamentos tienen muy presente a la Virgen, Ella hizo su mochila en el primer turno y ha acampado con los niños los cinco turnos.