NoticiaCard. Fernando Sebastián «La Iglesia malagueña le recordará siempre, querido Sr. Cardenal» El cardenal Fernando Sebastián Aguilar // S. FENOSA Publicado: 28/01/2019: 7284 Carta abierta a Mons.Fernando Sebastián Ángel Márquez, quien fuera secretario particular del cardenal Fernando Sebastián en su tiempo como administrador apostólico de la Diócesis de Málaga, escribió unas líneas tras el fallecimiento de este. Querido Sr. Cardenal: Le escribo estas líneas sabiendo que no le llegarán a través de un email, whatsapp u otro cauce de los diferentes medios de comunicación existente, pero a pesar de ello me permito dirigirme a usted, por si hubiese tal vez alguna posibilidad de que las lea, para recordar muy brevemente su paso por Málaga. Seguro que esta fecha: agosto de 1991, le traerá a la memoria cuando la Santa Sede le nombró administrador apostólico de esta diócesis con el fin de atender a nuestra Iglesia local, que estaba vacante tras la renuncia de Mons. Buxarrais. Por aquel entonces usted era arzobispo coadjutor de Granada y tuvo que compartir su tiempo y su trabajo pastoral entre las dos diócesis. El acto de la toma de posesión como administrador apostólico se celebró, como recordará muy bien, en el coro de nuestra catedral, acompañado de algunos obispos de la provincia eclesiástica, miembros del cabildo, curia, seminario, religiosos y seglares. Fue un acto sobrio, breve y, a la vez, entrañable. En los primeros días de su estancia entre nosotros se trajo a su madre que, por entonces, tenía una pierna escayolada. ¡Con cuánto cariño le ayudaba a subir y bajar del coche en sus visitas al hospital, así como en sus desplazamientos por el interior de la casa! Aunque usted sabía que no iba a estar mucho tiempo al frente de nuestra diócesis, acometió su trabajo con entrega generosa, ilusión y creatividad. Y llevó a cabo proyectos muy importantes, entre otros la remodelación de la curia, la creación de un plan para la construcción de nuevos templos que se necesitaban en la ciudad y la fundación de un ente que aglutinara los diferentes patronatos escolares que había en la diócesis. Por otra parte sepa que sus cartas pastorales, homilías y escritos eran muy bien valorados, por los temas que trataba y la manera de exponerlos. Y esto lo avalaba, sin duda, su larga experiencia pastoral y docente, así como los libros que había publicado. Tuve la suerte de tratarle de cerca, pues, como recordará, fui uno de sus colaboradores seglares. Y me consta que desde el primer momento supo ganarse la confianza de todos con su cercanía e interés por cada uno de nosotros, nuestras familias y aquello que cada uno realizaba pues tenía contacto frecuente con el personal en las visitas que realizaba a las distintas oficinas de la curia. En 1993 dejó la diócesis de Málaga al ser nombrado arzobispo de Pamplona. Sé que le costó dejar nuestra diócesis a pesar de que no llegaba a dos años su estancia entre nosotros. Prueba evidente de lo anterior es que al llegar la edad de la jubilación, en 2007, decidió usted regresar a esta ciudad para residir en la Casa Diocesana de Espiritualidad. Desde entonces, como recordará muy bien, entre otras muchas actividades, dirigió ejercicios espirituales y retiros, pronunció conferencias dentro y fuera de la diócesis, impartió clases de teología en el Seminario y en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Málaga, y participó en las celebraciones más importantes de la catedral. En el año 2014 recibió por sorpresa, a través de los medios de comunicación, la noticia que el papa Francisco le había nombrado cardenal como reconocimiento a su trayectoria episcopal tan intensa en las diócesis de León, Granada, Málaga, Pamplona y Tudela, así como en la secretaría general de la Conferencia Episcopal Española y, posteriormente, como vicepresidente de la misma durante nueve años, sin olvidar el quinquenio que desempeñó el cargo de gran canciller de la Universidad Pontificia de Salamanca. La Iglesia malagueña sin duda le recordará siempre, querido Sr. Cardenal, con cariño, admiración y gratitud. Ángel Márquez