Lectura (Lectio)
Leemos hoy el signo de Caná, con el que, en el evangelio de Juan, Jesús comienza su ministerio público. Es una lectura muy conocida, así que el primer paso de la Lectio ha de hacerse meticulosamente: leo con tranquilidad, sin prisas, con delicadeza cada frase del texto. No dejo nada a la improvisación o a la memoria.

Meditación (Meditatio)
El vino, en muchas culturas, es signo de la alegría; en la cultura de la Biblia, además, representa la vida abundante que Dios regala. Su falta en una boda solo puede ser un mal presagio: sin embargo, la presencia de Jesús y María cambiará este “mal signo” en uno espléndido: en el primero de los signos que relata el evangelio de Juan, y que son muestra del poder misericordioso de Dios, que ha acampado en medio de su pueblo para manifestar su gloria. La reacción de Jesús a la propuesta de María ha sido interpretada de muchas maneras: valga recordar que aunque parezca un desplante, el Señor después realiza el milagro. En esta Nueva Alianza que Jesús viene a inaugurar, simbolizada plásticamente en la boda de Caná, no faltará el vino del Espíritu: se pasará de una alianza incompleta (seis tinajas, y no siete, el número perfecto) al nuevo y definitivo pacto entre Dios y el hombre, siempre que “hagan lo que él diga”. La referencia oculta a la alianza del Sinaí (“Nosotros haremos todo lo que el Señor ha dicho”; Ex 19,8) nos permite hacer esta comparación. Con estas claves de lectura, el signo “familiar” de Jesús ayudando a unos novios a salir del apuro adquiere un significado mucho más profundo. Él es el autor de la nueva manera en la que Dios quiere relacionarse con el mundo: una manera que llena hasta arriba nuestras tinajas y nos concede la alegría que nadie puede arrebatarnos.

Oración (Oratio)
Agradécele al Señor todos los dones con los que te colma, cada día. Pídele que llene tu vida, o mejor dicho, que tú te des cuenta de que Él es el único que te sacia. Habla con Él, dile que vas a hacer siempre lo que Él te diga. Abre tu corazón al Señor, no tengas miedo, Él siempre te escucha. 

Contemplación (Contemplatio)
Mira fijamente, con los ojos del corazón, a Jesús, el Esposo, el autor de la Nueva Alianza, y déjate embriagar por su vino sabroso. En este paso no hay prisa, es cuestión de amar y sentirse amado. Derrámate a sus pies.

Compromiso (Actio)
María estaba atenta a las necesidades que había a su alrededor. Así descubrió que en aquella boda faltó el vino. Tu compromiso personal podría ir por estos lares: ¿quién a mi alrededor pasa necesidad? Estemos atentos a las circunstancias en las que desafortunadamente falta el vino de Dios.