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Lectio Divina con el evangelio de la Fiesta de la Sagrada Familia

Jesús es la Estrella · Autor: FANO
Publicado: 22/12/2015: 3217
Iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia

Lectura (Lectio)
Tenemos aún fresco el recuerdo de Navidad, pero la liturgia hoy nos hace dar un paso adelante en la historia, y contemplamos a Jesús casi adolescente, cumpliendo las obligaciones de los judíos visitando Jerusalén. La escena es muy conocida, así que lee con detenimiento, fijándote en los detalles para descubrir exactamente qué dice el texto, y no sólo recordar lo que sabes de él.

Meditación (Meditatio)
La visita a Jerusalén en las fiestas de peregrinación era obligatoria para los judíos. Era un modo de reconocer la presencia de Dios en la Ciudad Santa, que desde tiempos de David, llenaba el templo. El santuario ejercía como imán, puesto que allí se daba el lugar de encuentro entre el Señor y los hombres de una manera singular. A partir de la venida de Jesús, sin embargo, ese encuentro se da justamente en Él. Por eso, ya desde pequeño, tiene querencia a estar en el Templo. Que la familia se reúna “a los tres días” no es casualidad, nos recuerda, como no, a la Resurrección. También en aquel momento se buscaba a un Jesús “ausente” y, del mismo modo, el propio Jesús sorprende a quien lo encuentra. La angustia y la desesperación lógicas de los padres de Jesús obtienen una respuesta enigmática, pero que habla de la relación especial del Niño con el Padre: no es desprecio a los que lo cuidan; sirve para esclarecer la escala de valores del Señor. Y sin embargo, Jesús vuelve con los suyos a Nazaret, sometido, como hombre, a sus decisiones: prueba de humildad y de reconocimiento de la necesidad de una vida “oculta”, viviendo la cotidianeidad de las cosas desde la óptica de Dios. El crecimiento del joven Jesús, en todos los aspectos de la vida, es también invitación a que nosotros sigamos creciendo continuamente.

Oración (Oratio)
¿Has perdido a Jesús? ¿No lo encuentras en tu vida? Aprovecha los signos de estos días (el Belén, el árbol…) para centrar tu corazón y pedirle que nunca te apartes de Él. Tú sabes dónde buscarlo, sólo falta que recuerdes cuáles son “las cosas de su Padre”. Agradécele también su cercanía, en estos días en los que es “tan pequeño”. 

Contemplación (Contemplatio)
Si has buscado un Belén, quédate contemplando un rato la escena. Siéntete como una de esas ovejitas que lo acompañan. Si te hace bien, también puedes imaginarte estar entre los maestros del Templo, oyendo lo que Jesús tenía que decirles. Abre tu corazón a su presencia, pequeña y al mismo tiempo, todopoderosa.

Compromiso (Actio)
Jesús sabía cuál era su cometido: “las cosas de mi Padre”. Seguro que tú también, aunque a veces falles. Busca en qué yerras, y trata de ponerte un compromiso para cumplir con tu cometido. Recuerda, ha de ser algo sencillo, que puedas revisar y que te ayude en tu crecimiento, delante de Dios y de los hombres.

Diócesis Málaga

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