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Lectio Divina con el evangelio del Domingo II de Adviento

Prepara el camino. Domingo II de Adviento, 6 de diciembre de 2015
Publicado: 04/12/2015: 2408

Emilio López Navas, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga y párroco de Arroyo de la Miel, ofrece esta Lectio Divina con el evangelio del Domingo II de Adviento.

Una voz grita en el desierto

Lectura (Lectio)
Como en cada Adviento, emerge poderosa ante nuestros ojos la figura de Juan el Bautista. En este evangelio, además, lo hace en un contexto histórico concreto, en el que Lucas nos sitúa. El Señor actúa en la historia. Dejo ahora que el texto cale en mi historia personal, leyéndolo detenidamente y prestando atención a todos los detalles.

Meditación (Meditatio)
La introducción histórica de este fragmento, además de hacernos ver que el Evangelio se enraíza en el devenir de la historia, nos presenta también a Juan el Bautista como un profeta: la expresión “vino la Palabra de Dios” es buena prueba de ello. Así quiere el evangelista que leamos esta figura. No se trata, pues, de un “cualquiera”, sino de un enviado de Dios para exponer su palabra, para anunciar en concreto la llegada de aquel que venía a salvarnos. Y además, cumpliendo la palabra de otro profeta, Isaías. El bautismo de conversión, que muchos otros personajes en la misma época predicaban y ejercían, toma ahora un cariz escatológico, definitivo (sabemos que llega el Señor). Por otro lado, el pequeño discurso del Bautista, de sobra conocido y tantas veces leído y meditado durante el Adviento, es una clara llamada a la conversión para recibir al Mesías como la ocasión se merece. La metáfora del camino a preparar nos hace contemplar nuestra vida como una serie de accidentes geográficos, que con esfuerzo y oración podemos igualar para que Jesús llegue lo más rápido posible. Así se hará realidad la frase final del discurso: “todos verán la salvación de Dios” (Lc 3,6). Jesús lleva inscrito en su nombre la salvación, su misión será precisamente esa.

Oración (Oratio)
Hoy la oración puede ser eminentemente de petición: pídele al Señor que te allane, o que eleve tus valles, o que rebaje tus colinas. En definitiva, pídele que cada impedimento que has podido ir creando a lo largo de los años se desvanezca ante la llegada de Jesús. También puedes, como no, agradecer su venida, y pedirle perdón por tantas veces en las que no estás atento o le complicas que llegue a ti. 

Contemplación (Contemplatio)
La última frase del evangelio es una invitación a la contemplación: “todos verán la salvación de Dios”. En este momento puedes contemplar la actuación de Dios en tu vida, cómo ha ido allanándolo todo para llegar a ti. Y así, contemplando cómo el Señor te ha trabajado, comprenderás que sus acciones son siempre concretas, históricas… y salvadoras.

Compromiso (Actio)
El compromiso de hoy ha de ser si cabe más concreto que nunca. En adviento corremos el peligro de quedarnos en los “buenos propósitos”, que al llegar Navidad se desvanecen envueltos en lucecitas y anuncios comerciales. Busca una acción que te ayude a preparar el camino en humildad y entrega, pues así llegará Jesús.

Diócesis Málaga

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