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Lectio Divina con el evangelio del I Domingo de Adviento

Levántate · Autor: FANO
Publicado: 27/11/2015: 2293

Emilio López Navas, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga y párroco de Arroyo de la Miel, ofrece esta Lectio Divina con el evangelio del I Domingo de Adviento.

Lectura (Lectio)
Para entender profundamente cualquier texto, necesitamos conocer y tener en cuenta el contexto, también el litúrgico. Hemos comenzado el Adviento, y esta circunstancia nos ayuda a comprender y meditar con mayor fruto nuestro texto. Con esto en mente, leo detenidamente el Evangelio de hoy, dejando que cale hondo en mí.

Meditación (Meditatio)
Hace pocas semanas leíamos también un fragmento del discurso escatológico, aunque en la versión de Marcos (domingo XXIII del Tiempo Ordinario). El nuevo contexto litúrgico, el tiempo de Adviento, nos llena aún más de esperanza y nos ayuda a leer este fragmento evangélico con la certeza de que esa “segunda venida” del Hijo del hombre, aunque esté precedida de signos que dejan sin aliento, será para nuestro bien. Al igual que cuando Jesús predice otros desastres y los coloca como anuncio de su “parusía”, estos signos astronómicos han sido identificados muchas veces, llevando a algunos a pensar que el fin está cerca. En nuestra lectura esto no puede ser el centro. El mensaje que encierra se concentra, en nuestra opinión, en las dos últimas frases: el Señor va a venir en poder y majestad, en una nube, como predecía el libro de Daniel. En el credo decimos “y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos”. Esto, sin embargo, no puede llevarnos al miedo, a la desesperación o a la angustia. El mismo Jesús nos dice cuál debe ser nuestra actitud: levantarse, es decir, ponerse en actitud de “encuentro”; y alzar la cabeza, para poder ver y no esconderse, para estar atentos a lo que ocurre y ver llegar a Dios. la razón de esta actitud es clara: se acerca Jesús, nuestra liberación.

Oración (Oratio)
En este momento hay que responder, en clima de oración, a Dios. Repasa tu meditación y entabla una conversación con el Señor, que te ha hablado al corazón. Pídele que te ayude a interpretar los signos de la vida, dale gracias porque su venida está próxima, ruégale que seas capaz de prepararte para su llegada. En el fondo, habla con él como con tu mejor Amigo.

Contemplación (Contemplatio)
Cierra los ojos del cuerpo y abre los del alma. Cierra los oídos del cuerpo y destapa tu oído interior. Deja que resuene en ti todo lo trabajado en estos momentos, y elije una palabra, una imagen que te haya llenado. Centra en eso tu corazón, tu mente, tu espíritu durante unos minutos, permitiéndole al Señor seguir tocando tu vida. Que sea Él quien prepare su pesebre en ti.

Compromiso (Actio)
Normalmente el compromiso ha de ir en consonancia con lo rezado y experimentado en los pasos anteriores, pero no es necesario que sea siempre “hacer algo”. También puede ser “dejar de hacer algo que no está bien”… Sea como fuere, trata de llevar a la vida lo que has sentido en este rato.

Diócesis Málaga

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